Mejores Prácticas en el Trabajo | Scott Moncrieff • Anneris Coria-Navia

Cómo y por qué iniciar un Club de Libros para Profesores

Según Maryellen Weimer, experta en pedagogía de educación superior, “la mayoría de los profesores no lee mucho material pedagógico. No se espera que incrementemos nuestro conocimiento pedagógico de la misma forma que se espera que nos mantengamos actualizados en nuestras áreas de estudio”.1 Por lo tanto, se requiere un campo de estudio propio para el desarrollo docente en la educación superior. En la primavera de 2015, una empleada de la Universidad Andrews (Berrien Springs, Michigan, EE. UU.), Anita González, reconoció esta necesidad e inauguró el Club de Libros para Profesores (CLP), un grupo que se reúne tres veces por semestre para comer juntos en la cafetería y discutir un libro sobre algún aspecto de la pedagogía de educación superior. Los participantes también comparten sus propias experiencias de enseñanza e intercambian consejos y comentarios con sus colegas. No se requiere que los participantes entreguen ningún reporte al final, pues el grupo se enfoca en desarrollar oportunidades de diálogo.

Los CLP son un tipo de Comunidades de Aprendizaje entre Profesores (CAP). Las investigaciones sobre los efectos de las CAP han sido increíblemente positivos. Crean conexiones y redes profesionales para maestros aislados, fomentan un currículo multidisciplinario y ayudan a crear comunidades en la educación superior.2 Además, las CAP constituyen un proceso eficaz mediante el cual los educadores reciben ideas sobre sus prácticas y aumentan su capacidad de enseñanza, su conexión con otros profesores y la retención y satisfacción estudiantil.3

Las CAP han aumentado el interés de los profesores en enseñar y usar efectivamente la pedagogía, mejorar los resultados de aprendizaje de los estudiantes y promover la calidad académica de la enseñanza.4 Nosotros (los autores) concordamos con Parker Palmer quien, en El valor de enseñar, declaró que “el crecimiento de cualquier oficio depende de la práctica compartida y del diálogo honesto entre las personas que lo hacen. Crecemos por medio del ensayo y error; pero nuestra disposición de intentar, y fallar como individuos está fuertemente limitada cuando no recibimos apoyo por parte de una comunidad que fomenta ese riesgo”.5

Como una institución nueva en formalizar los procesos de apoyo a profesores en sus responsabilidades docentes, la Universidad Andrews ha tenido que encontrar formas de proporcionar prácticas continuas, sostenible y de alto impacto, con un presupuesto limitado. Desde el primer semestre, el club de libros ha crecido y ha operado en su capacidad presupuestada de 30 miembros por varios semestres. El liderazgo del CLP se transfirió a la directora del Centro para la Excelencia de la Enseñanza y el Aprendizaje, Anneris Coria-Navia, en el otoño de 2016, y desde la primavera de 2017, los profesores Coria-Navia y Scott Moncrieff, del Departamento de Inglés, colaboraron en una investigación cualitativa para evaluar la efectividad del CLP y promover la auto-reflexión sobre la enseñanza y los cambios en las prácticas docentes.

Durante el primer año, González, Moncrieff y Coria-Nava fueron los facilitadores del CLP de la universidad Andrews en el otoño y la primavera. Al inicio del segundo año, se invitaron a varios profesores de distintos departamentos para ser los facilitadores. Nuestra práctica actual consiste en que estos formulan preguntas de discusión vía Google Docs, las cuales sirven como punto de partida para la conversación, pero los participantes pueden discutir otros temas relacionados con la lectura asignada. Los docentes han comenzado a enviar sus recomendaciones de libros para leer en el CLP, y nosotros seleccionamos los libros basados en estas recomendaciones.

Se han inscrito voluntariamente al CLP un promedio de 25 profesores cada semestre vía EventBrite (una plataforma en línea que permite planear y promover eventos). La directora del Centro para la Excelencia de la Enseñanza y el Aprendizaje proporciona los libros de manera gratuita a los docentes registrados y se crea una lista de correos electrónicos por medio de EventBrite para los anuncios. Los profesores asisten al club de libros en la fecha designada y participan en la discusión. Ofrecemos tres sesiones el mismo día, con un líder asignado para cada grupo, y los profesores pueden escoger cualquier sesión que se adapte mejor a su horario y también pueden cambiar de grupo en un día en particular si es necesario. Las discusiones se llevan a cabo en la cafetería y los participantes reciben un almuerzo gratis. Alternamos las sesiones los lunes en el semestre de otoño y los jueves en el semestre de primavera para facilitar los diferentes horarios de clases.

La discusión de nuestra investigación se presentará en un artículo que está en proceso, pero basta mencionar que el CLP ha tenido un impacto positivo en los participantes en términos de su opinión sobre la enseñanza y sus prácticas docentes. También quedó claro en nuestras entrevistas con los participantes que sin una estructura formal de responsabilidad y compromiso como la que proporciona el CLP es mucho menos probable que los profesores lean libros relacionados con la pedagogía de la enseñanza. El costo para la institución de esta actividad de desarrollo profesional es relativamente bajo, aproximadamente $45 dólares al semestre, por cada miembro, el libro y las tres comidas. Esto implica una modesta inversión comparado con los resultados satisfactorios que informan los participantes. Creemos que el CLP representa un buen modelo de apoyo docente sostenible y continuo para los profesores universitarios.

En lo que resta de este artículo, presentaremos una breve descripción y reflexiones personales sobre los libros que hemos usado en el CLP, con la esperanza de que inspire a otras instituciones a considerar implementar un CLP, y proporcionar una lista de libros excelentes, para los educadores que estén interesados en tener una mayor efectividad en la enseñanza. Aunque la discusión de estos libros se llevó a cabo en el contexto de la educación superior, la mayoría de los libros sobre enseñanza se pueden aplicar y adaptar al contexto de educación primaria y secundaria. Véase la barra lateral con ideas sobre cómo satisfacer las necesidades de los maestros de niveles primario y secundario.

El valor de enseñar, por Parker Palmer (Editorial Sirio, 2017)

Lo más impactante del libro de Palmer es que no presenta estrategias pedagógicas para diseñar cursos o para los planes de clase. Los principios en El valor de enseñar están invariablemente conectados con los temas de identidad, introspección y comunidad como la clave de una experiencia docente exitosa. Los capítulos se basan en la suposición subyacente de que las relaciones humanas son la forma más poderosa y, sin embargo, menos aprovechada de apoyo personal y profesional para los educadores.

Palmer explora la ironía de la enseñanza: que formamos relaciones con nuestros estudiantes, pero como miembros del personal docente típicamente trabajamos aislados unos de otros. “Los recursos que podrían ayudarnos a enseñar mejor están disponibles entre los mismos profesores, si se pudiera tener acceso a ellos. Pero, por supuesto, ahí está el problema. La cultura académica construye barreras muy altas entre los colegas, incluso más altas y más anchas de las que se crean entre nosotros y nuestros estudiantes. Estas barreras, en parte, provienen de la competencia que nos mantiene fragmentados por el miedo, pero también provienen del hecho que la enseñanza es quizá la más privatizada de todas las profesiones públicas”.6

Palmer insta a los lectores a profundizar en la esencia de quiénes son como individuos y como profesores. Las preguntas que plantea son pertinentes y relevantes para el trabajo que los maestros realizan diariamente, y así tener un panorama más completo del por qué enseñan.

Un principio pedagógico novedoso en el libro de Palmer es la idea de una educación centrada en la asignatura. Al igual que una experiencia que tuve (Anneris Coria-Nava) recientemente con un colega, quien me explicaba que no “cubrimos” el material en una clase sino que lo “descubrimos”. La idea de que el centro de la educación es la asignatura y no el estudiante o el maestro es un cambio semántico que me ha motivado a pensar profundamente sobre los grandes principios en las disciplinas que enseño. Este cambio es importante, ya que nos enfrentamos constantemente con la retórica y el desafío a nivel institucional de que debemos proveer una educación centrada en el estudiante. El libro de Palmer deja al lector con el deseo de responder a las grandes preguntas: por qué, cómo y qué enseñamos. Tal vez mientras meditamos e intentamos responder estas preguntas, podemos recurrir al apoyo de colegas comprometidos para obtener respuestas y buscar la verdad. Esto puede ser el punto de partida para un diálogo formativo y de apoyo entre educadores.

Lo que hacen los mejores profesores universitarios, por Ken Bain (Publicaciones Universidad de Valencia, 2007)

Bain investigó las mejores prácticas docentes en más de cien instituciones y las sintetizó en este libro de referencias. Por ejemplo, Bain muestra cómo los mejores maestros inspiran a los estudiantes a hacer un cambio en el paradigma: de aprender para obtener una nota, a aprender para obtener una estimulación intelectual. El insta al maestro a ayudar a sus estudiantes a discernir de manera más clara y objetiva lo que son la habilidad y el conocimiento excepcional, y no necesariamente la obtención de las mejores notas. Bain sugiere que los mejores profesores en sus estudios han tenido una influencia sostenible, sustancial y positiva sobre cómo piensan, actúan y sienten sus estudiantes.7

Como segundo punto, por algún tiempo, yo (Anneris Coria-Nava) había estado considerando la idea de compartir el poder sobre proceso en la toma de decisiones a nivel de mi clase. Algunas de las preguntas que enmarcaron mi pensamiento se centraron en quién tiene el control y quién toma las decisiones sobre el aprendizaje, y si los maestros deberían soltar el poder y permitirle a los alumnos entrar en un diálogo y apropiarse del aprendizaje. Bain declara que “La confianza en los estudiantes también depende del rechazo al poder por parte del maestro. Los educadores estudiados invitaron a sus alumnos a buscar objetivos ambiciosos y les prometieron ayudarlos a alcanzarlos, pero les permitieron tener el control de su propia educación”.8 Bain también presenta algunos principios sobre cómo se puede lograr esto. Una idea que me atrajo es el lenguaje del plan de curso. Bain sugiere que el plan de curso debería ser una invitación a una fiesta en vez de un conjunto de reglas y regulaciones. En cada uno de mis cursos de educación uso un pequeño extracto donde se describe este principio e invita a los estudiantes a participar conmigo en el diseño del curso durante las primeras dos semanas del semestre. Los estudiantes aprecian la oportunidad de proporcionar sus aportes y comentarios, y se mejora el documento con sus contribuciones. Este libro ofrece una buena combinación de grandes ideas y estrategias prácticas.

Dejar el podio: Aprendizaje cooperativo y los primeros días críticos del trabajo en equipo entre los estudiantes, por Dean A. McManus (Anker, 2005) 

McManus relata la transformación de sus prácticas pedagógicas, de clase magistrales a un aprendizaje cooperativo, que surgió como consecuencia de estar en un lugar poco satisfactorio.9 Aunque aparentemente exitoso en la enseñanza y aún más como experto en el área de oceanografía, McManus no sentía alegría al enseñar con el fin de cumplir apenas con las expectativas del trabajo. A pesar de que ya tenía muchos años en la profesión, después de una conversación “real” con sus estudiantes se dio cuenta que para alcanzar un aprendizaje de primer nivel entre sus alumnos, tenía que cambiar la forma en que había estructurado sus clases durante décadas.

McManus detalla los cambios que realizó y las pruebas hechas en el proceso, mientras que muestra cómo la investigación sobre la enseñanza y el aprendizaje apoyó (o no) sus decisiones. Aunque mayormente enfocado en una sola estrategia de aprendizaje cooperativo (el “rompecabezas experto”), el proceso de cambio, la honestidad y transparencia con la que abordó el concepto de “dejar el podio” hace que su libro sea interesante y valioso. Con McManus y algunos de los recursos que proporciona como una guía, un profesor ambicioso puede realizar un rediseño del curso y aprovechar los beneficios del aprendizaje cooperativo.

Apréndetelo: La ciencia del aprendizaje exitoso, por Peter C. Brown, Henry L Roediger III y Mark A. McDaniel (Paidós, 2018)

El libro Apréndetelo categoriza y resume numerosos estudios experimentales sobre cómo las personas aprenden en forma más efectiva. En el primer capítulo, “El aprendizaje está mal comprendido”, critica algunas estrategias de aprendizaje ineficaces, pero ampliamente utilizadas, como la relectura y las “prácticas en serie” (repetir lo mismo para aumentar la fluidez). Los autores argumentan que, si el aprendiz asume un rol más activo la “búsqueda” de métodos más efectivos y empíricamente comprobados, mejorará la retención y la profundidad del aprendizaje. Algunos de estos métodos son, “aplicar exámenes y autoevaluaciones de bajo riesgo, espaciar la práctica, intercalar la práctica de habilidades diferentes pero relacionadas entre sí, resolución de problemas antes de enseñar su solución [y] sintetizar los principios o reglas subyacentes que diferencian los tipos de problemas”10

El libro Apréndetelo debería ayudar a los maestros a descartar estrategias poco efectivas de aprendizaje en el aula y reemplazarlas con otras mejores. Por ejemplo, yo (Scott Moncrieff) cambié la estrategia de evaluar en mi clase de teoría literaria el semestre pasado. Al aprender cuán importante es la búsqueda regular en el aprendizaje de los estudiantes, no me perdía la evaluación semanal. Y debido a que estaba más consciente de la necesidad de los alumnos de continuar revisando previamente el material estudiado, dediqué entre un tercio a medio tiempo de la evaluación semanal al contenido estudiado anteriormente en el semestre. También intenté introducir de forma regular preguntas integradoras o comparativas, requiriendo de los estudiantes que sinteticen el material actual con el material previo.

Es extremadamente beneficio para los maestros tener información sobre qué estrategias son más efectivas para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes, de modo que el diseño del curso se pueda alinear con las mejores prácticas. Esto mejora la confianza y el éxito del maestro y estudiantes. Los maestros pueden informar a sus estudiantes, “Estoy enseñando de esta manera o exigiendo hacerlo así porque se ha comprobado que es una forma de mejorar su aprendizaje”. Apréndetelo es un gran libro para lograr este propósito.

Docencia pequeña: Lecciones cotidianas de las ciencias del aprendizaje, por James Lang (Publicaciones Universidad de Valencia, 2018)

Lang utiliza el humor, la sinceridad y el lenguaje claro para dar vida a estrategias que aunque aparentemente simples a primera vista, pueden impactar de manera significativa el aprendizaje de los estudiantes. Uno de los aspectos más efectivos del enfoque de Lang es que la mayoría de las estrategias no requieren un rediseño del curso, sino que se pueden integrar en la lección de mañana. Basta con leer el índice para contextualizar dónde y visualizar cómo estas estrategias se desarrollan en nuestro trabajo como educadores. El título de cada capítulo representa su esencia, como “Predicción”, “Auto-explicación” y “Motivación”.

El trabajo de Lang está estrechamente conectado con los principios mencionados en Apréndetelo. Es muy útil leer ambos libros, y están a un precio muy accesible. (Ambos libros, en su edición Kindle, cuestan menos de $30 dólares).

Este tercer libro de Lang se enfoca en inspirar a los estudiantes. Es de particular importancia su recomendación de concentrarse en “infundir el aprendizaje con un sentido de propósito y trascendencia personal”.11 Lang cita investigaciones que muestran que “las formas más poderosas de determinación surgen cuando los estudiantes ven la posibilidad de que su aprendizaje haga del mundo un lugar mejor”.12

Docencia pequeña influyó en la forma en que yo (Anneris Coria-Nava) explico el por qué de lo que hacemos en el aula de clases. Esto le ayuda a los alumnos a saber que cuando hacemos evaluaciones de bajo riesgo dos o tres veces por periodo de clases, no es solo para ver lo que no saben, sino para evaluar qué se necesita enfatizar o reaprender para una retención a largo plazo. Mis estudiantes también han apreciado el pedirles a menudo que piensen en desarrollar una motivación intrínseca para su aprendizaje y la interacción con los materiales del curso y el mundo. Los estudiantes han valorado conocer el “por qué” y tener estrategias que los ayuden a estudiar mejor y participar más plenamente con el curso y sus compañeros. Los pequeños cambios de Lang pueden hacer una gran diferencia en el aprendizaje de los estudiantes.

La enseñanza y la imaginación cristiana, por David I. Smith y Susan M. Felch (Eerdmans, 2016)

Este libro, escrito por profesores de Calvin College, es el primer libro que hemos usado en el Club de Libros para Profesores (otoño de 2017) con un enfoque cristiano explícito sobre la pedagogía en la educación superior. Los autores hablan de cómo en todas las áreas, incluyendo ciencias, negocios, etc., constantemente estructuramos nuestra comprensión por medio de la imaginación y el uso de metáforas, como en la constelación de las metáforas de guerra para “combatir” una enfermedad. Así que se propusieron utilizar tres grandes metáforas para enmarcar la posibilidad de enseñar desde una perspectiva cristiana: un viaje o una peregrinación, la jardinería y la construcción de un edificio.

Cada metáfora se analiza en varios contextos y matices en varios capítulos. Por ejemplo, la sección de la peregrinación identifica el lenguaje de la peregrinación o del viaje que utilizamos en el contexto educativo, como “cubrir mucho terreno”, “atrasarse”, “seguir en el camino”, “quedarse atascado” y cubrir el material “paso a paso”,13 seguido de discusiones sobre el destino final o el objetivo del viaje, la relación del maestro con los alumnos, la diferencia entre turistas y peregrinos y la relación entre el viaje del día con el tiempo completo del viaje. Examinar nuestras propias prácticas docentes a lo largo de este viaje definitivamente ayuda a repensar en dónde estamos y qué nos gustaría cambiar para el futuro a lo largo del viaje. Por ejemplo, el capítulo titulado “¿Qué mantiene el viaje?” examina qué refresca y renueva tanto a los alumnos como al docente a lo largo del rigor del viaje del semestre, y para los docentes, año tras año, semestre tras semestre. Una de las formas en las que se reaviva mi (Scott Moncrieff) entusiasmo e interés en la enseñanza es leer estos libros con esta perspectiva, que requiere de mí pensar deliberadamente sobre el propósito mayor de lo que estoy haciendo al usar nuevas perspectivas y ver cómo estas perspectivas pueden informar lo que hago clase tras clase.

Grit: El poder de la pasión y la perseverancia, por Angela Duckworth (Urano, 2016)

No solemos leer bestsellers del New York Times en el CLP, pero en este caso lo hicimos. Duckworth, una psicóloga de la Universidad de Pennsylvania define grit [determinación] como una combinación de pasión y perseverancia. Sus numerosas historias y descripciones de estudios de investigación servirán de inspiración e instrucción para cualquier persona que quiera alcanzar su potencial. El libro se divide en tres secciones: “Qué es el grit [determinación] y por qué es importante”, “Desarrolla el grit [determinación] desde dentro” (p. ej. uno mismo) y “Desarrolla el grit [determinación] desde fuera” (p. ej. en equipo).

Grit es una lectura útil en el contexto de educación superior en términos de asesoramiento académico; por ejemplo, el capítulo 8, titulado “Propósito”, tiene una excelente discusión sobre encontrar y desarrollar la propia vocación. Pero el libro como tal es útil también para ayudar a los maestros a articular efectivamente el rol que el esfuerzo desempeña en el aprendizaje y el éxito. Hay una coincidencia significativa entre “el grit” [determinación] de Duckworth y la “mentalidad de crecimiento” de Carol Dweck;14 y Duckworth explícitamente se basa en el fundamento de Dweck en el capítulo titulado “Esperanza”, pero yo (Scott Moncrieff) veo ambos libros como complementarios en vez de redundantes.

Aunque el libro no es explícitamente cristiano, es muy compatible con las aplicaciones cristianas. La pasión de Duckworth es usar “la ciencia psicológica para ayudar a los niños a desarrollarse”,15 y constantemente habla sobre cómo nuestra determinación se puede usar no solo para logros personales sino también para el beneficio de otros. Lo mejor de todo es que, aunque algunos son por naturaleza “más determinados” que otros, Duckworth cita muchos ejemplos para ilustrar que todos podemos aumentar nuestra determinación. La semana después que terminé mi lectura de Grit, en dos o tres ocasiones fui “más determinado” solo porque pude decirme a mí mismo, “¿Acaso no puedes mostrar un poco más de determinación?”

Hasta ahora, el Club de Libros para Profesores es un programa bien establecido en la Universidad Andrews y cumple con una necesidad definida para profesores que desean debatir y mejorar su enseñanza y exponerse a ideas nuevas y desafiantes sobre cómo enseñar mejor. Ya seleccionamos los líderes y los libros para el próximo año (2018-2019), los cuales se enfocarán en capitalizar las posibles fortalezas de la diversidad. En el otoño leeremos Disunity in Christ: Uncovering the Forces That Keep Us Apart [Desunión en Cristo: Descubriendo las fuerzas que nos mantienen distantes] por Christena Cleveland (InterVarsity Press, 2013), y en la primavera leeremos Diversity’s Promise for Higher Education: Making It Work [La promesa de la diversidad para la educación superior: Hacer que funcione] por Daryl G. Smith (Johns Hopkins University Press, 2009).

Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Scott Moncrieff

Scott Moncrieff, PhD, es profesor de inglés en la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan, EE. UU. Obtuvo su doctorado en la Universidad de California en Riverside, California, y es especialista en literatura victoriana; ha publicado y presentado sobre los novelistas Jane Austen, Charles Dickens, George Eliot y Anthony Trollope. El Dr. Moncrieff ha escrito varios artículos en la Revista de Educación Adventista sobre cómo enseñar el contenido controversial de las novelas y películas. También ha escrito sobre las actitudes de los adventistas hacia la literatura de ficción y ha revisado muchas novelas adventistas para la Revista Adventista.

Anneris Coria-Navia

Anneris Coria-Navia, EdD, es vicerrectora asociada y directoras del Centro de enseñanza y aprendizaje de la Universidad de Andrews, en Berrien Springs, Michigan, EE. UU. Estudia las escuelas Adventistas del Séptimo Día de niveles preescolar, primaria y secundaria, el desarrollo profesional en instituciones de educación superior de humanidades y la enseñanza eficaz en el aula de educación superior. La Dra. Coria-Navia tiene experiencia docente en entornos de educación primaria, secundaria y educación superior y actualmente codirige la Sociedad Adventista de Educación Superior, una plataforma auspiciada por la Comunidad Adventista de Aprendizaje que fomenta la conexión y colaboración interinstitucional entre los maestros de la División Norteamericana.

Citación recomendada:

Scott Moncrieff y Anneris Coria-Navia, “Cómo y por qué iniciar un Club de Libros para Profesores”, Revista de Educación Adventista, N° 46Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2018.4.7.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. John C. Bean, Engaging Ideas: The Professor's Guide to Integrating Writing, Critical Thinking, and Active Learning in the Classroom (Hoboken, N.J.: Wiley, 2011).
  2. Milton D. Cox, “Introduction to Faculty Learning Communities: New Directions for Teaching and Learning,” Building Faculty Learning Communities 97 (Mayo de 2004): 5-23.
  3. Diane R. Wood, “Narrating Professional Development: Teachers’ Stories as Texts for Improving Practice,” Anthropology and Education Quarterly 31:4 (Diciembre de 2000): 426-448.
  4. Cox, “Introduction to Faculty Learning Communities,” 5-23.
  5. Parker J. Palmer. El coraje de enseñar: Explorando el paisaje interior de la vida de un maestro. (Málaga, España: Editorial Sirio, 2017).
  6. Ibid.
  7. Ken Bain. Lo que hacen los mejores profesores universitarios. (Valencia, España: Publicaciones Universidad de Valencia, 2007).
  8. Ibid.
  9. Dean A. McManus, Leaving the Lectern: Cooperative Learning and the Critical First Days of Students Working in Groups (Boston: Anker Pub., 2005), 4-6.
  10. Peter C. Brown, Henry L Roediger III y Mark A. McDaniel. Apréndetelo: La ciencia del aprendizaje exitoso. (Ciudad de México: Paidós, 2018).
  11. James Lang. Docencia pequeña: Lecciones cotidianas de las ciencias del aprendizaje. (Valencia, España: Publicaciones Universidad de Valencia, 2018).
  12. Ibid.
  13. David I. Smith y Susan M. Felch, Teaching and Christian Imagination (Grand Rapids, Mich.: William B. Eerdmans Publishing Company, 2016), 71.
  14. Carol Dweck. Mindset: La actitud del éxito. (Málaga, España: Sirio, 2006).
  15. Angela Duckworth. Grit: El poder de la pasión y la perseverancia. (Barcelona, España: Urano, 2016).