Todas las instituciones de aprendizaje deben tener y operar una filosofía que sea la base de la práctica docente. Esto incluye los métodos, el contenido y la modalidad instruccional.1 Para la escuela que de manera intencional pretende ofrecer educación cristiana, la ideología de dicha institución incluye principios bíblicos en el proceso de enseñanza y aprendizaje. La integración de la fe y la enseñanza (IFE) es “la razón de ser de las escuelas cristianas”.2 Los educadores en las escuelas cristianas tienen la responsabilidad de presentar las verdades bíblicas a la vez que se logra el conocimiento, todo con la intención de transformar el corazón y la mente de los estudiantes para que puedan reflejar el carácter de Cristo.3 Esta práctica es “el componente por excelencia que vincula la misión con el contenido, el maestro y el alumno”.4

Por lo tanto, si estas interacciones y conexiones no ocurren, es poco probable que ocurra la IFE. “La integración de la fe y la enseñanza sigue siendo la tarea distintiva de la universidad cristiana de artes liberales”.5 Además, no hay razón para la existencia de un campus universitario cristiano si la fe y la enseñanza no se integran en todas las experiencias de aprendizaje.6 Los mismos principios se aplican a las escuelas primarias y secundarias.

La educación que fusiona el conocimiento de Dios con información relevante para la adquisición de alguna habilidad o preparación valiosa para ingresar a una profesión cambia y restaura la vida, lo que resulta en el desarrollo de “mejores personas, ciudadanos y empleados”.7 La “educación integral”, un término que algunos consideran cliché,8 sigue siendo el objetivo de la verdadera educación. Con esto en mente, James Tucker cuestionó si la pedagogía de la educación puede abordar las necesidades integrales del individuo (mente, cuerpo y alma) cuando no hay percepción de un Salvador.9

Sin embargo, cuando se incorpora la fe en las experiencias de aprendizaje de los alumnos, el objetivo es el desarrollo de hombres y mujeres que tengan caracteres firmes y ejemplifiquen valores fuertes como la integridad, la compasión, la fuerza emocional, la honestidad, el honor, la humildad, la disciplina y la firmeza moral.10 Por lo tanto, el estudiante no simplemente culmina un grado o curso de estudio, sino que, emerge como un individuo de alto calibre con fortalezas de carácter loables, alguien que tendrá el poder de cumplir con su deber para con Dios tan devotamente como lo hace para con la humanidad.

Así es como debería ser un estudiante que ha completado una educación adventista (donde la fe se integra con la enseñanza).11 La filosofía de la educación adventista tiene en esencia el objetivo de “estimular el desarrollo de pensadores independientes en vez de meros reflectores del pensamiento de los demás; promover una actitud de servicio al prójimo motivado por el amor, en lugar de la ambición egoísta; fomentar el desarrollo máximo del potencial de cada individuo; e inspirar a valorar todo lo verdadero, bueno y bello”.12

Por qué es importante evaluar la práctica de la IFE

Debido a la influencia de la cultura secular en los sistemas de educación cristiana en todo el mundo, la integración de la fe en la experiencia de aprendizaje es una práctica que está en peligro de extinción. Además, así como aumentan los requisitos de acreditación del gobierno y el estado, las universidades presentan mas exigencias a las escuelas secundarias en la preparación de sus alumnos para el ingreso a la universidad y admisión en instituciones de educación superior.

La perspectiva bíblica es relevante para todos los aspectos de la educación porque proporciona una cosmovisión desde la cual se pueden interpretar todas las demás áreas de conocimiento, y de hecho proporciona significado a la gran cantidad de hechos y datos revelados por la ciencia. El conocimiento en sí mismo sería irrelevante e incompleto si no revelara algo de Aquel que lo creó todo.

Como resultado, la profesión docente enfrenta un incremento en la presión basada en las continuas necesidades de cumplir con los requisitos y estar a la altura de los cambios de la industria. En las escuelas cristianas, esto significa que los estudiantes a menudo no se benefician de experiencias de IFE porque los maestros se enfocan en impartir el contenido de cada curso de manera apresurada.

Además, los avances en el conocimiento han incrementado la cantidad de material que los maestros deben presentar y que los alumnos deben dominar para poder graduarse (y obtener altas notas en los exámenes requeridos) y estar listos para la universidad y para una carrera profesional. Aunque los administradores tal vez reconozcan que la IFE es importante, para muchos no ha habido evaluaciones regulares que examinen su nivel de competencia o la medida en que se practica. También, la búsqueda de literatura sobre los factores que influyen en el dominio de la implementación de la IFE, como capacitación, modelado y otras variables demográficas, revela una cantidad limitada de recursos.13 Por lo tanto, se necesita una evaluación sistemática y periódica de lo que se está haciendo actualmente para integrar la fe en la enseñanza y proporcionar capacitación en las áreas que se hayan identificado con déficits. Es solo a través de este enfoque que se entenderá el impacto real de la IFE y los desafíos.

Lo que revela la literatura sobre la IFE y la cosmovisión

La afirmación de Harry Poe de que la fe, desde una perspectiva cristiana, “significa fe en Jesucristo”,14 sugiere que la educación cristiana debe centrarse en la vida y el carácter de Jesús. Por lo tanto, la base de la educación cristiana es integrar la fe en la enseñanza para que la cosmovisión de los estudiantes se vea influenciada a medida que se les motiva a adoptar un estilo de vida integral basado en verdades bíblicas.15

Sin embargo, varios colegios y universidades cristianas simplemente han agregado clases de religión y cultos devocionales a la estructura de educación secular sin adoptar una filosofía cristiana.16 Por lo tanto, las instituciones cristianas necesitan evaluar y alinear sus creencias fundamentales con los principios cristianos, mientras que los educadores deben asegurarse que lo que sucede en el aula esté unificado, integrado y centrado en la filosofía cristiana.17

Douglas Phillips sugiere que se deberían rechazar los intentos de algunos partidarios de la “educación cristiana clásica” de enseñar los escritos paganos como sabiduría y “verdadero conocimiento”.18 Sin embargo, la perspectiva teológica puede dictar lo contrario; porque a pesar de que las Escrituras son la verdad, no conocimiento o verdades están contenidos o se deducen de esta fuente.19 En cambio, las Escrituras nos presentan suficientes principios para guiar nuestra fe y conducta. Por lo tanto, para el educador cristiano, la integración de la fe y la enseñanza es esencial, y se debe considerar a la Biblia como “el foco de la integración de todo conocimiento porque proporciona una perspectiva unificadora que proviene de Dios, la fuente de toda verdad”.20

La perspectiva bíblica es relevante para todos los aspectos de la educación porque proporciona una cosmovisión desde la cual se pueden interpretar todas las demás áreas de conocimiento, y de hecho proporciona significado a la gran cantidad de hechos y datos revelados por la ciencia. El conocimiento en sí mismo sería irrelevante e incompleto si no revelara algo de Aquel que lo creó todo.21 La educación cristiana acoge esta verdad y, bajo esa premisa, fomenta el tipo de educación promovida por los mismos pilares de las perspectivas adventistas de la educación: la salvación y la restauración de la imagen de Dios en cada individuo.22 Sin embargo, según Tucker, esta postura no es global en una sociedad secular; e incluso en algunas comunidades adventistas, existe una tendencia a la educación secular que está integrada en las cosmovisiones del naturalismo y el postmodernismo en lugar de una cosmovisión bíblica.23 Sin embargo, la verdadera educación, en vez de ser simplemente “la prosecución de un determinado curso de estudio”, debe incluir “el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales”.24

Solo en las eras contemporáneas se ve la fe como algo separado de la educación, porque desde el principio, la fe y la enseñanza han estado inseparablemente entrelazados.25 Además, la capacidad creativa de la humanidad es un reflejo del poder creativo de Dios.26 Robert Harris afirmó que “el significado de conocimiento implica una suposición religiosa”.27 Por lo tanto, el marco interpretativo de todo el conocimiento está conectado con la ontología particular (teoría de lo que existe) y la epistemología (teoría del conocimiento) de un individuo.

Para algunos, hay una falta de comprensión sobre la importancia de integrar la fe y la enseñanza en la educación adventista, y quizás, también, qué es realmente la IFE y qué implica o qué significa tal integración. Lo más destacado en la literatura es una aclaración de lo que implica la integración y cómo se combinan los dos conceptos, “fe” y “enseñanza”, de una nueva manera. Dawn Morton concibió la integración como el proceso por el que la fe y la enseñanza se combinan de modo que “ambos deben entenderse como complementarios. No están compitiendo entre sí, sino que van de la mano”.28 El error de un enfoque desarticulado de la fe y el aprendizaje se manifiesta en las escuelas donde los cursos de educación religiosa son distintos del resto del currículo y se abordan simplemente como otra materia más en vez de una forma de vida a ser aplicada y ejemplificada en cada estudiante.29

El trabajo de Shawna Vyhmeister explica la complejidad de integrar la fe y la enseñanza en el currículo escolar al describir los múltiples desafíos que se deben enfrentar, tales como el secularismo desenfrenado y la pecaminosidad del mundo mismo, la superficialidad de algunos educadores en su intento de participar en la instrucción con fundamento en la fe y la percepción de los jóvenes de que la iglesia los critica y los juzga en vez de aceptarlos.30

Para que la IFE se pueda asimilar de manera apropiada en el currículo formal, el proceso debe iniciar con los maestros, los cuales deberían ser adventistas ya que la educación adventista no puede existir sin maestros adventistas.31 George Knight explica que así como un maestro cristiano está armado con las herramientas adecuadas para impartir educación cristiana, de la misma manera el maestro adventista está armado con lo necesario para brindar una educación adventista y su objetivo más importante es llevar a los estudiantes a tener una relación personal de salvación con Jesús.32 Estos maestros deberían ver sus cursos como una parte del patrón de la verdad de Dios.33 También se necesitan maestros que demuestren un carácter cristiano por medio de su apoyo incondicional y respeto a los estudiantes.34

Investigación sobre la IFE en una universidad adventista del Caribe

Un estudio realizado de octubre de 2014 a marzo de 2015 en una universidad adventista del Caribe, determinó examinar y comprobar la capacidad del personal docente en la implementación de la IFE. Se utilizó un enfoque cuantitativo con un diseño de encuesta transversal. De un conjunto de 250 docentes, se utilizó un muestreo de conveniencia y se encuestó a 100 docentes. La Sección A del instrumento contiene las preguntas demográficas mientras que la Sección B contiene la Encuesta de integración de la fe y la enseñanza (EIFE). La encuesta demográfica consistió en seis preguntas relacionadas con el género, la afiliación religiosa, los años de servicio en una escuela cristiana, si asistieron a una escuela cristiana en su educación inicial, el área que enseñan y la capacitación en la IFE. El cuestionario utilizado en este estudio fue una modificación de Eckel35 realizada por Peterson.36

La EIFE consistía en 28 ítems medidos bajo una escala de Likert de cinco puntos. La capacidad docente para integrar la fe y la enseñanza se midió en cuatro subescalas: Nivel, Equipado, Capacidad de realización e Intencionalidad. Cada escala mide cosas muy diferentes. Por ejemplo, la subescala de Nivel de integración de la fe y la enseñanza mide el conocimiento general y la preparación del docente para practicar la IFE en el aula; la subescala de Equipado mide las habilidades y los enfoques instruccionales del docente al igual que los recursos para practicar la IFE, mientras que la subescala de Capacidad de realización mide la capacidad del docente de practicar la IFE en función de los factores tanto externos como internos. Por último, la subescala de Intencionalidad mide la implementación consciente o intencionada y el deseo o intención voluntaria de mejorar la IFE en sus clases. Esta escala también mide la coordinación del maestro con otros instructores para amplificar o maximizar el impacto de la IFE en los estudiantes y en el aula de clases.37

La investigación examinó el nivel de integración de la fe y la enseñanza entre las facultades y escuelas de la universidad. Esta muestra incluyó a 65 encuestados que representan todas las facultades y escuelas de la institución cristiana. Más de la mitad (58.89 por ciento) de los encuestados eran cristianos adventistas del séptimo día activos (véase la Tabla 1). Curiosamente, el 50.77 por ciento de los encuestados no habían asistido a una escuela cristiana durante su educación básica. El subgrupo más grande de los docentes encuestados (29 por ciento) eran de la facultad de administración; el 23 por ciento era de la facultad de ciencias sociales y el otro 19 por ciento de la facultad de educación y liderazgo. La mayoría de los docentes encuestados (63 por ciento) indicaron que habían recibido algún tipo de capacitación en el área de integración de la fe y la enseñanza (véase la Tabla 2).

Las preguntas de investigación para el estudio evaluaron y compararon el nivel de la integración de la fe y la enseñanza que sucede entre los docentes en las disciplinas académicas de la universidad.38 El investigador dividió las preguntas de investigación y creó un resumen de los resultados para cada una de las dos preguntas. Las preguntas de investigación fueron las siguientes: (1) ¿Cuál es el nivel de habilidad de los docentes en la universidad con respecto a la integración de la fe y la enseñanza? (2) ¿Hasta qué punto hay una diferencia en la habilidad de la IFE basado en: (a) la disciplina académica y (b) la capacitación en la IFE?

El estudio no pudo delinear el nivel de habilidades entre las facultades relacionadas con las cuatro áreas (Nivel, Equipado, Capacidad de realización e Intencionalidad) basadas en la evaluación de los resultados generados por el análisis de varianza unidireccional. Por lo tanto, hubo necesidad de realizar el análisis post hoc, el cual solo mostraría dónde yace la diferencia. Sin embargo, un análisis posterior por medio de descriptores y estadísticas de tendencia central del orden descendente de la media en cada una de las habilidades mostró que había algunas áreas débiles dentro de cada uno de los cuatro niveles (véase las Tablas 3-6). Los datos mostraron que los docentes tenían un buen conocimiento de la IFE y que sabían cómo una IFE deliberada afectaría el contenido de sus clases (véase la Tabla 3). La debilidad que apareció en Equipado muestra que los docentes no se reunían regularmente con sus colegas para planear la IFE, que los líderes institucionales no equipan a sus docentes para la IFE y que los docentes no saben dónde obtener recursos para la IFE (véase la Tabla 4). Los datos muestran que los docentes poseen la capacidad de integrar la fe y la enseñanza y la autoridad necesaria para implementarla en el aula de clases (véase la Tabla 5). Los datos relacionados con la habilidad de la intencionalidad revelaron que los docentes no trabajan en conjunto con sus colegas para maximizar el impacto de la IFE. Es interesante notar que no comparten con otras facultades dentro de la institución el beneficio de la IFE ya que no existe ningún marco para hacerlo; además, no buscan recibir retroalimentación de los estudiantes con respecto a la IFE en el aula de clases. Por el contrario, los datos revelan que los docentes intentan implementar la IFE (véase la Tabla 6). Una evaluación adicional de la pregunta uno bajo la habilidad Equipado mostró que hubo una diferencia significativa entre las facultades. Esto significa que algunos docentes no poseen las habilidades necesarias para administrar la IFE en el aula de clases. Un gran valor estadístico “F” es una evidencia en contra de la hipótesis nula, ya que indica mayores diferencias entre los grupos que dentro de los mismos (véase la Tabla 7). La facultad de enfermería, ciencias naturales y aplicadas y la facultad de educación y liderazgo de la institución encuestada tuvieron el mayor déficit en las habilidades que los maestros necesitan para administrar la IFE de manera efectiva en el aula de clases (véase la Tabla 8).

Discusiones y resultados

Si bien los resultados de este estudio pueden ser no exclusivos de la institución específicamente estudiada, tampoco se pueden generalizar porque solo se estudió una institución con una cultura y factores sociales únicos del Caribe, y una muestra de conveniencia puede no ser necesariamente representativa de la población. Dado que este estudio ha empleado el uso de esta técnica de muestreo, los resultados solo se pueden generalizar con precaución ya que los participantes dispuestos pueden no representar a la población de manera adecuada. Uno de los desafíos más grandes del informe propio es la credibilidad debido a la tendencia de los encuestados a exagerar o subestimar la descripción de sus acciones. Además, los docentes, debido a limitaciones de tiempo, pueden verse tentados a responder de manera aleatoria sin prestar atención al contenido.39

Al abordar el nivel de habilidades entre los docentes en las diferentes facultades, los datos revelan que los docentes no estaban preparados para enseñar de manera integrada antes de su llegada a la universidad y que la administración tampoco proporciona capacitación para los docentes sobre cómo integrar la fe y la enseñanza. Por el contrario, los datos muestran que los docentes tienen un buen conocimiento de la IFE y saben cómo una deliberada IFE afectaría el contenido de la clase.

Otros hallazgos revelan que hay debilidades que aparecen en la habilidad de Equipado porque los docentes no se reúnen con otros docentes para planear la IFE, los líderes institucionales no capacitan a sus docentes en la IFE y los docentes no saben dónde conseguir recursos para la IFE. Específicamente, la evaluación de preguntas bajo la competencia de Equipado muestran que hay una diferencia significativa entre las facultades, lo que significa que algunos de los docentes no poseen las habilidades necesarias para integrar la fe y la enseñanza en el aula de clases.


Un análisis más detallado de las preguntas usando análisis descriptivo reveló que los docentes en la facultad de enfermería, ciencias naturales y aplicadas, y la facultad de educación y liderazgo muestran el mayor déficit en las habilidades que los maestros necesitan para administrar la IFE de manera efectiva en el aula de clases. Sin embargo, los datos muestran que todas los encuestados poseían la habilidad para la IFE y que tienen la autoridad necesaria para implementar la IFE en el aula de clases. Además, los datos relacionados con la habilidad Intencionalidad revelan que los docentes no coordinan con sus compañeros para maximizar el impacto de la IFE. Es interesante notar que los docentes no comparten con otras facultades dentro de la institución el beneficio de la IFE ya que no existe ningún marco para hacerlo; además, no buscan recibir retroalimentación de los estudiantes con respecto a la IFE en el aula de clases. Por el contrario, los datos revelan que todos los docentes encuestados hacen un esfuerzo por implementar la IFE.

Recomendaciones generales

Los líderes institucionales necesitan ser intencionales y deliberados en garantizar que se provea una capacitación para equipar a los docentes con las habilidades necesarias para una implementación efectiva de la IFE en el aula de clases. El autor también recomienda que se establezca un comité de integración de la fe y la enseñanza a nivel institucional y a nivel de Unión con la responsabilidad de ejecutar lo siguiente:

1. Crear un marco/modelo conceptual para implementar la integración de la fe y la enseñanza comenzando por las escuelas primarias adventistas para que cada estudiante llegue al nivel universitario con los fundamentos bien establecidos;

2. Implementar un proceso de desarrollo y una escala de habilidades para medir el conocimiento, las capacidades y la disposición de los docentes para la integración de la fe, monitoreados dentro del sistema de evaluación docente y de la integración de la fe;

3. Incorporar la integración de la fe en el currículo y proporcionar resultados de aprendizaje claros para que los docentes los incluyan en sus planes de curso.

Asesoría

Con respecto a equipar a los docentes con los recursos y las habilidades necesarias para practicar la IFE, puede ser útil implementar un programa de asesoría en el cual los docentes más experimentados en la IFE trabajen en conjunto con aquellos que necesiten más apoyo. Este programa de asesoría se puede fortalecer con talleres trimestrales sobre la IFE al igual que con cursos formales de educación continua y unidades diseñadas especialmente para atender las cuatro subescalas. Los docentes pueden estar más inclinados a integrar la fe y la enseñanza si sienten que reciben más apoyo y si creen que los administradores tienen un profundo interés en su desarrollo instruccional. Por lo tanto, los administradores educativos deberían asegurarse de que se asigne un presupuesto especial para los recursos de IFE para los docentes, y de ser necesario, obtener financiamiento adicional por medio de actividades de recaudación de fondos y otro tipo de programas de patrocinio.

Colaboración

Dada la necesidad de colaboración y coordinación para la IFE, sería prudente desarrollar un sistema inter e intradepartamental para compartir las mejores prácticas en la integración de la fe y la enseñanza en los niveles de educación superior. A nivel de educación básica, el sistema también puede llevarse a cabo con reuniones bimestrales para revisar los planes de clase y las estrategias de enseñanza y se puede incorporar el uso de la tecnología como sesiones grabadas en video para críticas y comentarios. Además, se puede implementar un boletín IFE con consejos, tendencias emergentes, noticias y novedades para beneficio de los administradores y docentes.

Evaluación y análisis

El impacto de los sistemas, programas o procedimientos se mide mejor por medio de mecanismos apropiados de evaluación. En el contexto de los resultados de este estudio, se debe desarrollar un instrumento de monitoreo y evaluación detallado por parte de los administradores para evaluar, entre otras cosas, hasta qué punto se produce la IFE, el impacto de la IFE en los estudiantes al igual que los docentes, las áreas donde se necesitan mejoras, basado en las deficiencias del conocimiento identificadas y la habilidad de todos los docentes para realizar autoevaluaciones.

Este estudio se debe extender para incluir una mayor población de docentes, administradores, personal y estudiantes. Además, se podría incluir el uso de técnicas proyectivas (formas directas e indirectas de identificar motivos e intenciones), observación y técnicas cualitativas directas de grupos focales combinadas con entrevistas profundas.

Conclusión

Con esto en mente, los administradores de las universidades deben buscar formas de proporcionar oportunidades para que los profesores aprendan cómo integrar la fe y la enseñanza de manera efectiva. Algunas formas de llevarlo a cabo son seminarios de orientación, sesiones de capacitación y de desarrollo profesional, colaboración entre grupos pequeños o incluso centros de enseñanza y aprendizaje que proporcionen recursos y apoyo a los docentes para desarrollar sus habilidades. Un docente capacitado será capaz de impartir clases donde se integre la fe y la enseñanza de manera significativa para el beneficio de los estudiantes.


Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Michael H. Harvey

Michael H. Harvey, PhD, es el director del departamento de proyectos de educación y capacitación de la Universidad del Norte del Caribe en Mandeville, Jamaica. Anteriormente sirvió como vice-rector de asuntos espirituales y director asociado de desarrollo y alianzas comunitarias. El Dr. Harvey tiene una Licenciatura en teología, una Maestría en consejería psicológica y un Doctorado en educación y liderazgo de la Universidad del Norte del Caribe. Sus intereses de investigación incluyen liderazgo, administración educativa y aprendizaje estudiantil.

Citación recomendada:

Michael H. Harvey, “La importancia de preparar y capacitar a los docentes para integrar la fe y la enseñanza,” Revista de Educación Adventista Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2019.81.3.3.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Jeff Astley, Leslie Francis y Andrew Walker, eds., The Idea of a Christian University: Essays on Theology and Higher Education [La idea de una universidad cristiana: Ensayos sobre teología y educación superior] (Waynesboro, GA: Paternoster Press, 2004).
  2. Constance C. Nwosu, “Integration of Faith and Learning in Christian Higher Education: Professional Development of Teachers and Classroom Implementation.” [Integración de la fe y la enseñanza en la educación superior cristiana: Desarrollo profesional de los maestros y la implementación en el aula de clases] Tesis doctoral, Universidad de Andrews, 1999, 3.
  3. Robert Littlejohn y Charles T. Evans, Wisdom and Eloquence: A Christian Paradigm for Classical Learning [Sabiduría y elocuencia: Un paradigma Cristiano para el aprendizaje clásico] (Wheaton, IL: Crossway Books, 2006).
  4. Mark Eckel, The Whole Truth: Classroom Strategies for Biblical Integration [Toda la verdad: Estrategias áulicas para la integración bíblica] (Longwood, FL: Xulon Press, 2009), 136.
  5. Arthur F. Holmes, The Idea of a Christian College [La idea de una universidad cristiana] (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1987), 8.
  6. Robert T. Sandin, The Search for Excellence: The Christian College in an Age of Educational Competition [La búsqueda de la excelencia: La universidad cristiana en una época de competencia educativa] (Macon, GA: Mercer University Press, 1982).
  7. Dawn Morton, “Embracing Faith-Learning Integration in Christian Higher Education,” [Adoptar la integración de la fe y la enseñanza en la educación superior cristiana] Ashland Theological Journal 360 (2004): 65: http://www.biblicalstudies.org.uk/pdf/ashland_theological_journal/36-1_063.pdf 
  8. James A. Tucker, “Pedagogical Application of the Seventh-day Adventist Philosophy of Education,” [Aplicación pedagógica de la filosofía de educación adventista del séptimo día] Journal of Research on Christian Education 10: Edición especial (Verano de 2001): 173, 174.
  9. Ibid.
  10. Wilfrida A. Itolondo, “The Role and Status of Christian Religious Education in the School Curriculum in Kenya,” [El rol y el estatus de la educación religiosa cristiana en el currículo escolar en Kenia] Journal of Emerging Trends in Educational Research and Policy Studies 3:5 (Octubre de 2012): 721-729: https://www.questia.com/library/journal/1P3-3089447831/the-role-and-status-of-christian-religious-education.
  11. Charles Scriven, “The Ideal Adventist College Graduate” [El egresado ideal de la universidad adventista] (2008): http://circle.adventist.org/files/download/IdealGraduate.pdf 
  12. Humberto Rasi et al., “Declaración sobre la filosofía adventista de la educación (GC policy 2003)”. Curriculum & Instruction Resource Center Linking Educators. http://circle.adventist.org/download/PhilStat03_Sp.pdf 
  13. Esta falta de recursos es específicamente exclusiva al contexto del Caribe.
  14. Harry L. Poe, Christianity in the Academy: Teaching at the Intersection of Faith and Learning [Cristianismo en la academia: La enseñanza en la intersección de la fe y la enseñanza] (Grand Rapids, MI: Baker, 2004).
  15. Daniel C. Peterson, “A Comparative Analysis of the Integration of Faith and Learning Between ACSI and ACCS Accredited Schools.” [Un análisis comparativo de la integración de la fe y la enseñanza entre las escuelas acreditadas por ACSI y ACCS.] Tesis doctoral, Southern Baptist Theological Seminary, 2012.
  16. Harold H. Ditmanson et al., Christian Faith and the Liberal Arts [La fe cristiana y las artes liberales] (Minneapolis, MN: Augsburg, 1960). Citado por George R. Knight, Filosofía y educación: Una introducción a la perspectiva cristiana, (Miami, FL: APIA, 2002), 174.
  17. Knight, Filosofía y educación: Una introducción a la perspectiva cristiana, ibid., 174.
  18. Douglas M. Phillips, introducción a The Bible Lessons of John Quincy Adams for His Son [Las lecciones bíblicas de John Quincy Adams para su hijo] por John Q. Adams (San Antonio, TX: Vision Forum, 2000).
  19. Holmes, The Idea of a Christian College. [La idea de una universidad cristiana]
  20. Knight, Filosofía y educación: Una introducción a la perspectiva cristiana, 218.
  21. Robert A. Harris, The Integration of Faith and Learning: A Worldview Approach [La integración de la fe y el aprendizaje: Un enfoque de cosmovisión] (Eugene, OR: Cascade Books, 2004).
  22. Ibid.
  23. Tucker, “Pedagogical Application of the Seventh-day Adventist Philosophy of Education,” [Aplicación pedagógica de la filosofía de educación adventista del séptimo día] 169-185.
  24. Elena G. White, Educación (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1903), 13.
  25. Tucker, “Pedagogical Application of the Seventh-day Adventist Philosophy of Education.” [Aplicación pedagógica de la filosofía de educación adventista del séptimo día]
  26. Ibid.
  27. Harris, The Integration of Faith and Learning, 2. [La integración de la fe y el aprendizaje: Un enfoque de cosmovisión]
  28. Morton, “Embracing Faith-Learning Integration in Christian Higher Education.” [Adoptar la integración de la fe y la enseñanza en la educación superior cristiana]
  29. Itolondo, “The Role and Status of Christian Religious Education in the School Curriculum in Kenya,” [El rol y el estatus de la educación religiosa cristiana en el currículo escolar en Kenia] 722-723.
  30. Shawna Vyhmeister, “Building Resilient Christians: A Goal of Adventist Education,” [Construir cristianos resilientes: Una meta de la educación adventista] Journal of Adventist Education 69:2 (Diciembre de 2006/Enero de 2007): 10-18: http://circle.adventist.org/files/jae/en/jae200669021009.pdf 
  31. George R. Knight, Educación para la eternidad: Filosofía de la educación adventista (Buenos Aires, Argentina: ACES, 2017), 78.
  32. Se cita a Frank E. Gaebelein con respecto a que “no habría educación cristiana sin maestros cristianos” (véase Frank E. Gaebelein, The Pattern of God’s Truth: Problems of Integration in Christian Education [El patrón de la verdad de Dios: Problemas de integración en la educación cristiana] (Chicago, IL: Moody, 1968), 35. George Knight extiende este sentimiento al declarar que “no habría educación adventista sin maestros adventistas” (véase Educación para la eternidad: Filosofía de la educación adventista, 78.
  33. Frank Gaebelein, Christian Education in a Democracy. [Educación Cristiana en una democracia] Citado por Daniel C. Peterson, “A Comparative Analysis of the Integration of Faith and Learning Between ACSI and ACCS Accredited Schools.” [Un análisis comparativo de la integración de la fe y la enseñanza entre las escuelas acreditadas por ACSI y ACCS.] Tesis doctoral, Southern Baptist Theological Seminary, 2012.
  34. Vyhmeister, “Building Resilient Christians: A Goal of Adventist Education.” [Construir cristianos resilientes: Una meta de la educación adventista]
  35. Mark David Eckel, “A Comparison of Faith-learning Integration Between Graduates from Christian and Secular Universities in the Christian School Classroom.” [Una comparación de la integración de la fe y la enseñanza entre egresados de universidades cristianas y seculares en el aula de clases de la escuela cristiana.] Tesis doctoral, Southern Baptist Theological Seminary, 2009.
  36. Daniel Carl Peterson, “A Comparative Analysis of the Integration of Faith and Learning Between ACSI and ACCS Accredited Schools.” [Un análisis comparativo de la integración de la fe y la enseñanza entre las escuelas acreditadas por ACSI y ACCS.] Tesis doctoral, Southern Baptist Theological Seminary, 2012.
  37. Los datos se analizaron utilizando la versión 22 de SPSS.
  38. Después de recolectar y transferir los datos a SPSS, se ajustó la escala de puntuación numérica de mayor a menor para las preguntas escritas de forma negativa en el instrumento (L1R, E1R, E2R, ATD3R, ATD5R, ATD6R, I2R y el ítem 7 se eliminó de la escala intencional). Se realizó una prueba de confiabilidad a cada una de las subescalas y se encontró que cada una era adecuada para este estudio. Los datos se analizaron utilizando las dos preguntas de investigación que guiaron este estudio.
  39. John W. Creswell, Educational Research: Planning, Conducting, and Evaluating Quantitative and Qualitative Research [Investigación educativa: Planificación, realización y evaluación de la investigación cuantitativa y cualitativa] (Boston, MA: Pearson, 2012).