Mejores Prácticas en el Trabajo | Ramona L. Hyman

Animemos a los niños a escribir poesía

El Legado Nacional de las Artes de los Estados Unidos enfatiza el valor de incluir la escritura creativa en el plan de estudios de idiomas. En un manual para padres titulado Imagine!: Introducing Your Child to the Arts [Imagine: Iniciando a su hijo en las artes], su autor expresa:

“Un niño que llega a ser un escritor confiado y creativo cosechará los beneficios en incontables maneras. En la escuela, los niños que escriben bien descubrirán que se destacan en casi todas las materias […]. Ser escritores creativos hace posible que los niños se desarrollen hasta llegar a ser participantes críticos y activos de la cultura y la sociedad”.1

Al reflexionar en la importancia de exponer a los jóvenes a la escritura creativa, siento el impulso de compartir una historia sobre una joven que conocí mientras enseñaba un taller de escritura creativa sobre poesía, en una escuela primaria. Esta escritora selló en mi imaginación la importancia de que los niños tengan una experiencia de escritura creativa en sus clases.

La historia: Llamaré a esa joven Penélope Poesía. Penélope Poesía evoca recuerdos educacionales significativos para mí. La clase había escrito un poema grupal. Pedí que un voluntario lo leyera. Penélope se ofreció a hacerlo. Cuando terminó de leerlo, dijo: “Siento que mi cerebro se está agrandando”. En efecto, el cerebro de un niño puede expandirse al añadir neuronas y conexiones internas como resultado de aprender cómo escribir poesía y, por esa razón, es imperativo que la escritura creativa en general, y más específicamente la poesía, sea parte del currículo de idiomas.2

De hecho, escribir creativamente, y escribir poesía específicamente, ayuda a los estudiantes a ser entes confiados, pues la disciplina de escribir inspira el pensamiento crítico; es una “tarea cognitiva que presenta grandes desafíos. Un poeta necesita tener en primer lugar una comprensión básica de un concepto o emoción, y entonces transformar esa comprensión en una expresión creativa significativa al explorar y sintetizar ideas complejas en el formato breve de un poema”.3 Esta comprensión puede ser literal. Los poemas no evolucionan de una sola manera. Ronald L. Cramer dice que “la poesía es un puente entre los mundos internos y externos de la niñez. Escribir poesía permite que los niños transmitan sus experiencias internas al mundo exterior, para simbolizar sus experiencias en palabras”.4 Y dado que los niños tienen una miríada de experiencias mentales, físicas y espirituales mientras crecen, sus poemas evolucionarán de maneras únicas. Permítame explicarlo.

Un ejemplo práctico de la experiencia de la poesía

En cierta ocasión estaba enseñando un taller de poesía a una clase de sexto grado en una población multiétnica y de multigrado. Pedí a los estudiantes que escribieran un poema. Durante el momento de compartir, un joven recitó su poema de 17 sílabas usando el ritmo de un poema de rap. Una de sus pautas culturales era la música rap, que incorporó a su experiencia poética. Es lo que a menudo sucede cuando uno está escribiendo poesía: Todo el ser de la persona es traducido a palabras.

Veamos ahora a Penélope Poesía: Cuando trabajé en residencia artística; se me asignó facilitar un taller de poesía de una semana, para niños entre los 7 y 11 años. Hice referencia a Penélope Poesía como mi amiga, incidentalmente, porque una buena manera de involucrar a los estudiantes en una relación auténtica y positiva de aprendizaje es llegar a ellos de tal manera que se los afirmen en el cultivo de amistades. Cuando los docentes sirven de facilitadores amistosos dentro de un ambiente de aprendizaje, crean una atmósfera sencilla y abierta. El docente llega a ser el guía que motiva a los estudiantes a pensar en forma libre y espontánea, y no solo el comandante del barco.

El objetivo de la práctica fue para mí guiar a los estudiantes a través del proceso de escritura de un diario personal e iniciarlos en el arte de escribir poesía. Escogí enseñarles una forma poética tradicional, el haiku. Es importante exponer a los escritores jóvenes a formas poéticas tradicionales tales como el haiku, el tanka y el soneto, en la clase o taller de escritura creativa porque esto los introduce a otras culturas. El tanka y el haiku, por ejemplo, son formas poéticas introducidas en el canon literario por los japoneses. Aprender a crear un haiku enseña a “hacer algo pequeño de manera significativa”.5

Además, subliminalmente, ser conscientes de las formas poéticas enseña a los estudiantes cómo desarrollar estrategias para escribir todo tipo de poesía, aun la poesía que suele denominarse verso libre. Al usar las formas poéticas tradicionales, el estudiante tiene que mantenerse dentro de los requerimientos silábicos o de cada verso. Por ejemplo, un estudiante que escriba un haiku tradicional tiene que mantenerse dentro del patrón silábico 5/7/5 del poema. Esa atención a la estructura silábica y del verso fomenta respeto y honor por las palabras, dado que el estudiante tiene que mantenerse atento a los significados de connotación y denotación de una palabra en relación al tema general del poema. También toman mucho en cuenta el número de sílabas.

Asimismo, la enseñanza de formas poéticas también puede concientizar al estudiante en cómo seguir instrucciones y trabajar dentro de los límites de una tarea. Esto puede resultar útil en tareas de escrituras más extensas, como es el caso de los ensayos y los trabajos de investigación. Asimismo, la enseñanza de formas poéticas también puede, por usar las propias palabras de Penélope Poesía, ayudar a los estudiantes experimentar el sentimiento de que sus cerebros “se están agrandando”.

El cerebro de un niño puede expandirse cuando queda expuesto y participa de las artes. Ayudar a los escritores jóvenes a participar en juegos y ejercicios de escritura es una manera de desarrollar la conciencia creativa y la sensibilidad poética.

El cerebro crece. En términos metafóricos, Penélope Poesía está en lo cierto: el cerebro de un niño puede expandirse cuando queda expuesto y participa de las artes.6 Ayudar a los escritores jóvenes a participar en juegos y ejercicios de escritura es una manera de desarrollar la conciencia creativa y la sensibilidad poética. Los juegos y los ejercicios ayudan a escritores jóvenes a adquirir concentración y disciplina. El oficio de escribir es por cierto un tipo de disciplina. Algunos podrían sostener que el talento no puede enseñarse; a pesar de ello, es posible crear una comprensión intelectual del proceso creativo, y brindar inspiración.

Juegos de escritura poética

Un juego divertido e instructivo es el Pelota de poesía. Se pide a los niños que se sienten en círculo. La pelota es una metáfora para una palabra y un trozo de papel, la persona. El objetivo del juego es mantener la “palabra” pelota o pelotas (con los niños más pequeños uso cuatro palabras) en la página. Después de colocar a los estudiantes en el círculo, le enseñó a cada uno a arrojar la pelota (palabra) a otra persona (una metáfora para un trozo de papel). Esa persona llega a ser el papel; la pelota es la palabra. En consecuencia, cada niño tiene que arrojar una pelota (palabra) a una persona (trozo de papel). Esto fuerza a que el joven escritor se concentre. El estudiante tiene que enfocarse en la persona de quien está recibiendo la pelota (palabra) y a quién él o ella a su vez arroja la pelota (palabra) (otra persona). El objetivo, en consecuencia, es mantener las pelotas (palabras) alejadas del piso y en el regazo de los estudiantes (en la página).

No obstante, ¿qué sucede si un estudiante escritor deja caer la pelota (la palabra)? Tradicionalmente, él o ella sería eliminado del juego, pero sacar a los jugadores no es el objetivo de este juego. Si se deja caer la pelota (palabra), el desafío para los escritores jóvenes es trabajar juntos para que todas las pelotas (palabras) puedan permanecer en la página (sin tocar el piso). Los objetivos del juego de Pelota de Poesía es enseñar a los escritores jóvenes la importancia de concentrarse al escribir, y comprender que la escritura es un trabajo. Para que la pelota (la palabra) siga en la página (es decir, para escribir poemas, ensayos y obras de teatro), el escritor tiene que trabajar hasta que cada palabra en la página contribuya al mensaje que él o ella busca transmitir.

Otro juego que los docentes pueden usar para ayudar a los escritores jóvenes en el cultivo de la espontaneidad que necesita un escritor es Historia en ronda. Se pide a los estudiantes que se sienten en círculo, ya sea en el piso o en sillas alrededor de una mesa (en este caso, los artículos usados en el juego son colocados sobre la mesa). El docente tiene que estar dispuesto a participar, no solo a ser “el que está a cargo”. Esto significa que tiene que sentarse también en el círculo. La clave es que cada escritor se sienta cómodo. El docente coloca palitos de diversos colores en el centro del círculo (también se pueden usar artículos relacionados con otros temas, por ejemplo, utensilios de cocina, sombreros, zapatos o una combinación de artículos).

Antes del ejercicio, el docente selecciona al escritor principal (por lo general él  mismo), o a un ayudante. Sin embargo, he hallado que, en ocasiones, dependiendo de la madurez y la confianza propia de los estudiantes en la clase, un estudiante de más edad puede cumplir con este papel.

Para comenzar el juego, el participante principal toma un palito, y crea una oración que incorpora una de las características del palito, ya sea su color o forma, cómo se siente al tacto, etc. Moviéndose en el sentido de las agujas del reloj a partir del escritor principal, cada estudiante tiene que continuar la línea argumental en colaboración con lo que crearon los escritores anteriores usando los palitos restantes (u objetos del círculo). La historia en la ronda continúa hasta que a alguien le lleva más de diez segundos continuar la historia (el docente tiene que calcular cuándo tiene que terminar la historia). El objetivo es animar a los estudiantes para que piensen de manera espontánea. Enseñar a  los estudiantes a escribir en forma espontánea puede verse estimulado a llevar una variedad de artículos a la clase que inspiren la actividad de escritura.

Actividad de escritura

Un tipo útil de actividad de escritura es La respuesta sensorial del escritor. Si uno necesitara desarrollar una ecuación matemática en torno a la escritura de poesía sería:

Poesía = sentir algo y ver imágenes. Puede que un lector no logre articular lingüísticamente el significado de un poema como, por ejemplo:

aquí estoy escribiendo

cartas que me empujan con suavidad

que destilan pensamientos.7  

No obstante, el significado de un poema también deriva del sentimiento que experimenta un lector como resultado de leer, escuchar o aun escribir un poema.

A continuación, se presentan instrucciones para el ejercicio de experiencia sensorial.

    • Dé a cada joven escritor una pequeña bola de algodón.
    • Pida a los participantes que hagan rodar la bola de algodón en sus manos durante dos o tres minutos.
    • Cuando se termine el tiempo, dígales que paren y dejen el algodón.
    • Pida a sus jóvenes escritores que escriban de cuatro a cinco palabras que se le vienen a la mente como resultado del ejercicio (las palabras no necesariamente tienen que referirse a la bola de algodón).

He hallado que las experiencias de mis estudiantes con la bola de algodón originan otros pensamientos. Se pueden usar varios artículos que evoquen una gran variedad de respuestas: perfume para el sentido del olfato (encuentre uno que no sea costoso, pero asegúrese de que no haya alergias entre los estudiantes), imágenes de revistas o fotografías familiares, para el sentido de la vista, el limón o la naranja para el gusto, etc. El objetivo es ayudar a los estudiantes a comprender que las ideas para poemas y ensayos provienen de todo tipo de cosas y lugares.

Además, pido a mis estudiantes escribir unas cuatro palabras para cada objeto traído a la clase, y que entonces usen esas palabras para ayudar a desarrollar poemas, en especial poemas más breves como el haiku. Para los más pequeños, trate de pedirles que escriban un haiku grupal, o que colaboren con un verso introductorio de cinco sílabas, como por ejemplo “La poesía”, y que entonces escriban otros dos versos: uno de siete sílabas para el segundo verso, y cinco sílabas para el último. Este tipo de actividad también puede tener lugar en un museo de arte. Muchos museos están equipados con habitaciones diseñadas especialmente para los jóvenes. Aquí se ilustra un ejemplo de escritura creativa en un museo local [inserte la fotografía del museo aquí]. Después de crear una lista de palabras, los jóvenes escribieron poemas inspirados por los objetos de la habitación.

Escritura interdisciplinaria

Una de las maneras más fáciles de incluir la escritura creativa en el plan de estudios de idioma y arte, es incorporar otra área temática en la tarea. Por ejemplo, los estudiantes pueden escribir poemas usando un momento histórico. La escritura interdisciplinaria de poesía ofrece una manera de ayudarlos a comprender la relación entre la poesía y las experiencias vividas.

La escritura creativa interdisciplinaria es también una manera de satisfacer los objetivos del currículo. Esto funciona muy bien especialmente para los estudiantes de   cuarto grado en adelante. Más abajo está el ejemplo de un poema sobre el Movimiento de los Derechos Civiles en los Estados Unidos. El tema del poema es el Boicot del Autobús Montgomery en 1955, que tuvo lugar en Montgomery, Alabama:

            Un himno para Montgomery 55

            Santo, santo: un himno de alabanza

            Para los profetas que enmarcaron la libertad

            En Montgomery 55:

Frutos extraños marchan —algunos

            Caminando, otros se arrastran—

            Estadounidenses: negros y blancos; de la mano

            Suspirando santamente un libre cántico de alabanza

            Santo, santo, santo: La marcha asciende

            Hacia la victoria; la libertad se acrecienta;

La bandera: separados y

Desiguales despedazada ante el rostro de ansiosos

Soldados —negros y blancos saltan

Hacia un nuevo día— comienza el Movimiento de los Derechos Civiles.8

Creando un entorno de trabajo

Al enseñar escritura creativa, es importante que los docentes desarrollen un entorno de trabajo. Para lograr esto, los salones de clase necesitan contener herramientas de escritura creativa. En los salones de clases pequeños, esas herramientas pueden ser colocadas en una Caja de escritura creativa. En la caja pueden incluirse los siguientes artículos:

  • Libros sobre el tema de escritura creativa (véase el Recuadro 1);
  • Diario del docente;
  • Diarios personales de los estudiantes (Un cuaderno tradicional es un buen comienzo; también resulta económico);
  • Lapiceros o lápices;
  • Papel borrador de diversos colores
  • Diccionario;
  • Guías de uso efectivo del idioma;
  • Artículos sensoriales: algodón, loción, perfume, flores artificiales, pequeñas pelotas.

La poetisa infantil Kristine George señala muchas maneras emocionantes de celebrar la poesía y conservarla como una parte importante del currículo. Por ejemplo, ella recomienda que los docentes “mantengan un canasto de poemas a mano en [el] salón de clases”.9

Es aún más importante crear un ambiente en el salón de clases que fomente la escritura creativa. Por lo general, una comunidad de escritura, dice Hal Blythe, “crea grupos de escritores con intereses similares, y usa la energía y las habilidades grupales para hacer que el todo sea más grande que la suma de sus partes”.10 La comunidad de escritura trabaja bien con los estudiantes de los grados más avanzados en la escuela primaria. Idealmente, cada comunidad de escritura incluirá cuatro estudiantes. Durante el período de escritura creativa, los miembros de las comunidades de escritura pueden ayudarse mutuamente a revisar poemas y desarrollar ideas para actividades de poesía. Idealmente, la comunidad de escritura también ayudará a los participantes a hablar de su escritura y enfatizar la idea de que la escritura es un proceso, no un producto terminado.

Pensamientos finales

Además de ayudar a los niños a crecer intelectual y emocionalmente, la escritura creativa es divertida. Los niños disfrutan de escucharse leer su propio trabajo; por lo tanto, después de una lección de escritura creativa, cree un diario de la clase para compartir los poemas de los estudiantes, o compile poemas en un libro de la clase que incluya todos los poemas de los estudiantes. Si una escuela quiere publicar un libro de poesía, Bookemon es un sitio fácil de usar que puede utilizarse para desarrollar y publicar una colección de poesía (https://www.bookemon.com/). No importa qué enfoque se utilice, el objetivo es animar a los jóvenes para que escriban. Ellos necesitan la oportunidad de escuchar el sonido de sus voces, y de experimentar visualmente sus pensamientos en la página impresa.


Este artículo ha sido sometido a la revisión de pares.

Ramona L. Hyman

Ramona L. Hyman, PhD, es docente de inglés y coordinadora del Departamento de Inglés y Lenguas Extranjeras en la Universidad de Oakwood en Hunstville, Alabama, EE. UU. Ha actuado como conferenciante/artista para organizaciones como el Consejo Estatal de las Artes de Alabama, el Consejo de las Artes de Hunstville y la Fundación de Humanidades de Alabama. Hyman es autora de dos poemarios: I Am Black America y In the Sanctuary of a South. Ha presentado a nivel nacional su homenaje poético “Montgomery 55 on My Mind”.

Citación recomendada:

Ramona L. Hyman, “Encouraging Children to Write Poetry”, Revista de educación adventista 81:4

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Aunque fue escrito para padres, este manual contiene enfoques que fácilmente podrían ser integrados al marco del salón de clases. Para más información, véase el Legado Nacional de las Artes, Imagine: Introducing Your Child to the Arts (2004): https://www.arts.gov/sites/default/files/imagine.pdf.
  2. Numerosos estudios muestran que la poesía, al igual que la música, estimula y “hace crecer” el cerebro al activar y formar nuevas sinapsis en respuesta al ritmo y al sonido. Véase Siyuan Liu et al., “Brain Activity and Connectivity During Poetry Composition: Toward a Multidimensional Model of the Creative Process”, Human Brain Mapping 36:9 (Septiembre 2015): 3351-3372. doi: 0.1002/hbm.22849; también Patrick J. Kiger, “The Human Brain Is Hardwired for Poetry,” How Stuff Works (Abril 2017): https://science.howstuffworks.com/life/inside-the-mind/human-brain/how-poetry-affects-human-brain.htm.
  3. Patricia Conner-Green et al., “Poetry: It’s Not Just for English Class Anymore”, Teaching of Psychology 32:4 (Octubre 2005): 215-221.
  4. Ronald Cramer, The Nature and Nurture of Children’s Writing (New York: Longman, 2001).
  5. Bruce Ross, How to Haiku: A Writer's Guide to Haiku and Related Forms
  6. (North Clarendon, Vermont: Tuttle Publishing, 2002).
  7. David A. Sousa, “How the Arts Develop the Young Brain”, The School Administrator 63:11 (Diciembre 2006): 26-31: https://www.aasa.org/SchoolAdministratorArticle.aspx?id=7378. © Ramona L. Hyman. Publicado con autorización.
  8. Ramona L. Hyman, “A Hymn for Montgomery 55”, In the Sanctuary of the South: Selected Poems by Ramona Hyman (Belleville, Ontario: Essence Publishing, 2005), 25.  Reproducido con autorización.
  9. Kristine O’Connell George: http://www.Kristinegeorge.com.
  10. Hal Blythe y Charlie Sweet, “The Writing Community: A New Model for the Creative Writing Classroom”, Pedagogy: Critical Approaches to Teaching Literature, Language, Composition, and Culture 8:2 (Primavera 2008): 305-325.