¿Qué perspectiva tenía Elena G. White de la investigación? Es una pregunta relevante para la educación adventista en su conjunto, y para los estudiantes y docentes adventistas que participan de la investigación en todas las áreas de estudio. En casi cada disciplina, la investigación extiende las fronteras del conocimiento. Se espera que los docentes estén familiarizados con los métodos y enfoques de investigación mientras que los estudiantes tienen que llevar a cabo investigaciones, a menudo como requisito académico. Por ello, las instituciones educativas adventistas de diversos niveles han incorporado aptitudes de investigación como componentes integrales de los programas instruccionales y como requisitos para mantener la nominación o el progreso en de profesores de nivel terciario.

Al mismo tiempo, el sistema educativo adventista opera dentro de un marco distintivo, uno que sostiene que la verdad bíblica es fundamental para la búsqueda del conocimiento y que muestra una relación especial con los escritos de Elena G. White. Esos escritos hacen referencia a un paradigma para la educación adventista, que se describe en obras como La educación y Fundamentals of Christian Education [Fundamentos de la educación cristiana], entre otras.

En los escritos de Elena White, encontramos repetidas referencias a la investigación. En total son 319 menciones de la palabra investigación o sus derivados.1 De ellas, 123 son declaraciones textualmente distintivas, de las que 92 son conceptualmente únicas.2 Cuando uno examina estas referencias, ciertas declaraciones de Elena G. White pueden parecer contradictorias, al menos en un primer momento. Para ilustrar este punto, las siguientes declaraciones parecen ver a la investigación bajo una luz negativa:

  • “Para muchos, las investigaciones científicas se han vuelto maldición”.3
  • “La especulación filosófica y la investigación científica que no reconocen a Dios están haciendo escépticos a miles”.4
  • “Muy pocas de tantas investigaciones que agotan la inteligencia proporcionan la ayuda para trabajar con éxito en bien de las almas”.5

Por otro lado, también hay declaraciones que expresamente favorecen la investigación, como las siguientes:

  • “Para comprender la verdad de Dios, se necesita una profunda investigación”6
  • “La Palabra de Dios debe que ser estudiada, y esto requiere pensamiento e investigación cuidadosos”.7
  • “La investigación científica abre en la mente vastos campos de pensamientos e información, permitiendo ver a Dios en sus obras creadas.”8

Esas declaraciones crean un dilema. Aunque uno podría simplemente rechazar una visión y adoptar la otra, un mejor enfoque podría ser integrar esas declaraciones a una comprensión más abarcante, tomando en cuenta la fuente y el contexto. Procuraremos desarrollar este enfoque, en particular, lo relacionado a la función de la investigación en el propósito y práctica de la educación adventista.

Uso del término investigación

De las 92 declaraciones conceptualmente únicas en los escritos de Elena White que se refieren a la investigación, 58 son positivas mientras que 21 podrían ser categorizadas como referencias negativas, con las restantes consideradas neutrales. A sí que Elena G. White se refirió favorablemente a la investigación casi tres veces más de lo que advirtió contra ella. Muchas, aunque no todas las citas negativas, se refieren a ciertos enfoques en la investigación científica o literaria. Por otro lado, muchas de las referencias positivas se enfocan en la investigación bíblica, si bien declaraciones favorables describen también otros tipos de investigación.

En los escritos de Elena G. White, ciertas frases son paralelas al término investigación. Estas incluyen expresiones tales como “esfuerzo meticuloso”, “indagación perseverante”, “pensamiento vigoroso”, “estudio sincero”, “oración ferviente”, y “reflexión paciente”. La palabra investigación misma es acompañada a menudo por modificadores tales como profunda, cuidadosa, extensiva, vigorosa y honesta.

Los individuos dedicados a la investigación

Elena G. White asoció a personas de la Biblia con la investigación. Destacó que Adán tenía que desarrollar sus facultades mentales mediante la investigación de “los misterios del universo visible”.9 Salomón también participó de la investigación diligente, enfocándose primordialmente en el mundo natural. A partir de su estudio, el conocimiento y el amor de Salomón por Dios se incrementó.10 A pesar de ello, una falla surgió en el enfoque de Salomón cuando comenzó a cultivar un sentido de superioridad e importancia propia.11 Cuando Salomón finalmente reconoció su condición, evaluó los resultados de esta investigación como “vanidad de vanidades”.12

En dos cartas personales, Elena G. White aconsejó a otros individuos con respecto a la investigación. En 1879, animó a su hijo Edson para que estudiara la Biblia en profundidad, advirtiéndole que su capacidad de entender las Escrituras se vería limitada por una falta de investigación bíblica.

En el Nuevo Testamento, Cristo amonestó a un maestro de la ley a que se dedicara a una “investigación más clara y más crítica” para descubrir la verdad.13 El discípulo Pedro fue reprobado por no investigar con su propio corazón y, en consecuencia, negar a su Maestro.14 Al escribir a los creyentes de Corinto, Pablo declaró que los había alimentado con leche en lugar de alimento espiritual sólido (1 Corintios 3:2). Elena G. White destacó que estos creyentes “estaban viviendo a un bajo nivel, habitando en la verdad superficial que no requiere […] profunda investigación”.15

Después del Gran Chasco de 1844, los pioneros adventistas revisaron detenidamente las suposiciones y conclusiones de su investigación profética para descubrir cualquier error de interpretación.16 Elena G. White declaró que a partir de esa misma indagación cuidadosa, los primeros adventistas derivaron sus doctrinas que sostuvieron como verdades, y de allí se establecieron las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con claridad y armonía.17

En dos cartas personales, Elena G. White aconsejó a otros individuos con respecto a la investigación. En 1879, animó a su hijo Edson para que estudiara la Biblia en profundidad, advirtiéndole que su capacidad de entender las Escrituras se vería limitada por una falta de investigación bíblica.18 En 1904, al enfrentar la herejía del panteísmo que promovía el doctor John H. Kellogg, el principal reformador de la salud de la iglesia, ella escribió: “Dedicar su mente a la investigación de la ciencia es una empresa peligrosa, y no existe ninguna advertencia demasiado fuerte que pueda apartarlo de ese campo en el que ha ingresado. Le diré la verdad, si usted continúa en el curso que ha estado siguiendo por años en la investigación de la así llamada ciencia, perderá su alma”.19

En general, en cada instancia en la que Elena G. White asoció a individuos con la investigación, con excepción de Salomón y Kellogg, el contexto es positivo. Aun así, en los casos negativos, Elena G. White destacó que el resultado de la investigación podría ser constructivo si se enfocara y llevara a cabo de manera apropiada. Al escribir a Kellogg respecto de sus ideas panteístas, por ejemplo, declaró: “Que sus investigaciones científicas se vuelvan a un canal saludable”.20

Investigación bíblica

Muchas de las declaraciones más positivas de Elena G. White se producen en el contexto de la investigación bíblica.

Importancia. La Biblia fue dada, afirmó Elena G. White, para que pudiera ser investigada, requiriendo un profundo estudio de las Escrituras para lograr una comprensión de la verdad de Dios.21 Descuidar la investigación bíblica acarrearía “el peligro de sus almas”.22

Elena G. White también advirtió que no era suficiente confiar en los pensamientos y descubrimientos de otras personas, apoyándonos en la interpretación que ellos hacen de la Palabra de Dios. Cada persona tiene que investigar las Escrituras por sí mismo.23 Describió “una maravillosa indolencia” según la cual algunos estaban dispuestos a que “otros escudriñen las Escrituras por ellos; y toman la verdad de sus labios como algo positivo, pero no la conocen como la verdad de la Biblia, mediante su propia investigación individual”.24

La investigación bíblica también es indispensable para educar a otros.25 Elena G. White aconsejó a los maestros: “Abrid la Biblia a nuestros jóvenes, dirigir su atención a sus tesoros ocultos, enseñadles a buscar las joyas de verdad, y obtendrán de su investigación una fortaleza de intelecto tal que la ciencia y la filosofía no podrían impartir”.26 Ella destacó que muchos estudiantes “se han desilusionado tristemente en nuestro colegio. Esperaban hallar una ayuda que no han tenido en la investigación de las Escrituras”.27

Características del investigador. Los investigadores tienen que incorporar varias características a su estudio. Tienen que ser diligentes, honestos y humildes para reconocer que siempre hay “una infinidad más allá”.28 Tienen que ser cuidadosos, considerados y pacientes,29 y dejar de lado los prejuicios y las ideas preconcebidas antes de comenzar sus investigaciones, procediendo en el espíritu de Cristo.30

Elena G. White mencionó con frecuencia que el investigador debería ser una persona de oración.31 “Mediante la oración sincera y la investigación diligente”, declaró, “los obreros de Dios pueden llegar a ser gigantes en una comprensión de las doctrinas bíblicas, y [obtener] un aprecio de las lecciones prácticas de Cristo”.32 Los estudiantes también tenían que obtener una educación “mediante la oración y la investigación dedicada y profunda”.33

Métodos. La metodología a emplearse es clave. Un enfoque es leer en las Escrituras para cultivar una comprensión del todo, en particular en términos de los temas integradores.34 Otro método es comparar pasajes relacionados con un tema determinado y aclarar las interrelaciones.35

Un enfoque adicional es enfocarse en una porción específica de las Escrituras, excavando profundamente bajo la superficie. Aunque “Algunas porciones de la Santa Escritura son en verdad demasiado claras para que se puedan entender mal”, Elena White observó que “hay otras cuyo significado no es superficial, y no se discierne a primera vista”.36 Estos principios vitales pueden “obtenerse tan solo por la investigación diligente”.37

Temas. Aunque cualquier porción de la Biblia pueden ser provechosamente estudiadas,38 temas  particularmente fértiles incluyen, el origen de la tierra, la entrada y las consecuencias del pecado y el origen de las naciones.39 Otro tema fructífero es la ley de Dios, en especial el cuarto mandamiento.40 En efecto, Elena G. White destacó “La sabiduría del gran Maestro al limitar la medida de nuestras investigaciones en direcciones terrenales”, para que pueda llamar “la atención de todos a su legislación desde la fundación misma del mundo, a un código de moral, puro, simple y práctico”.41

La investigación de las enseñanzas de Jesús también brindará nuevas perspectivas.42 El investigador es invitado a rastrear “el gran tema de la redención”, en particular en la relación con la pregunta, “¿Qué haré para ser salvo?”43 Es imposible agotar los temas de la investigación bíblica, porque “mil años de estudio no agotarán el tesoro escondido que contiene”.44 Durante toda la vida y la eternidad, siempre habrá conocimientos que descubrir.45

Resultados. La investigación bíblica “será abundantemente recompensada”.46 La mente del investigador se verá fortalecida con un conocimiento correcto de la verdad.47 Esa profunda y sincera investigación bíblica, sostuvo Elena G. White, combinada con la oración ferviente, permitirá que las personas lleguen a estar “arraigadas y cimentadas en la fe”.48

En general, la investigación bíblica ha brindado “la ciencia de la teología de la verdad” que ha constituido los fundamentos de la creencia.49 Este estudio cuidadoso y honesto ha permitido que los investigadores lleguen a ser “luces en el mundo, brillando en medio de las tinieblas morales”.50 Y se produce un efecto sobre el investigador. “Cuanto mejor se conoce por la investigación, más…estimamos [la Biblia]”.51

Casos negativos. En unas pocas ocasiones, Elena G. White escribió negativamente sobre la investigación bíblica. Ella observó, por ejemplo, que “es fácil interpretar erróneamente la Escritura, poniendo énfasis en ciertos pasajes y adjudicando un significado que, de primera intención puede parecer verdadero, pero que una investigación ulterior demuestra que es falso”.52

Ella también expresó preocupación de que algunos podían investigar la Biblia para promoverse a sí mismos, esforzándose “para encontrar una posición nueva y promover nuevos puntos de vista en oposición a la fe establecida del cuerpo de creyentes”.53 En una carta a A. F. Bellenger, por ejemplo, escribió: “Hay en usted, mi hermano, un deseo de presentar algo nuevo y cautivar las mentes, y usted mismo tenía que ser un hombre profundo al investigar la Palabra de Dios, cuando los hechos son que usted no está interpretando correctamente la Palabra de Dios”.54

Por otro lado, Elena G. White no abogó por evitar temas controvertidos. Cuando algunos sostuvieron que era mejor evadir la “pregunta controvertida” de la interpretación de las dos leyes, ella declaró: “Si hemos tenido por verdad algunos puntos de doctrina que no soportan la crítica y la investigación cercanas es nuestro deber […] ir con paciencia a la Palabra de Dios con una mente humilde, inquisitiva y en oración”.55 Y entonces añadió: “La verdad no perderá nada de su fuerza o belleza por medio de la investigación, probando cada punto que hemos tenido como verdad, si preservamos la humildad de Cristo en nuestra investigación”.

La investigación científica

A primera vista, podría parecer que Elena G. White consideraba que la investigación científica era desorientadora y perjudicial. Esa visión, sin embargo, está bien alejada de su intención.

Apoyo. Deberíamos notar en primer lugar que Elena G. White efectuó declaraciones muy positivas sobre la investigación científica. Escribió, por ejemplo, que “Dios ha permitido que un torrente de luz inunde al mundo con descubrimientos científicos”.56 Afirmó que “Dios es el autor de la ciencia”, y que vastos campos de conocimiento están abiertos ante el investigador donde este puede contemplar a Dios en sus obras creadas.57 Afirmó que por medio del estudio de la ciencia, un investigador puede obtener un conocimiento del Creador y descubrir facetas de “las leyes sabias y benéficas por medio de las cuales él obra”.58

Elena G. White también recomendó que los programas educacionales de la iglesia incorporen la investigación en las ciencias. Abogó, por ejemplo, para que “en vez de restringir su estudio a lo que los hombres han dicho o escrito”, los estudiantes deben ser dirigidos “a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación”.59 A un estudiante así, “la investigación científica abre ante la mente vastos campos de pensamiento e información, capacitándonos para ver a Dios en sus obras creadas. Al contemplar las cosas de la naturaleza obtendrá una nueva percepción de la verdad”.60

Preocupaciones. A pesar de ello, su apoyo a la investigación científica no careció de reservas. Fundamentalmente, Elena G. White no elevó la ciencia por sobre la Biblia, sino que sostuvo que las Escrituras ocupaban un orden superior.61 Advirtió que hay un peligro inminente en un estudio científico en el que no se reconoce a Dios.62 “Los que parlotean sobre la ciencia y arrojan la Palabra de Dios en las sombras […] no pueden entender o leer la naturaleza sin la Biblia para interpretarla y explicarla”. Y entonces afirmó: “La Biblia no solo es la que revela a Dios al ser humano, sino su gran intérprete como el Dios de la naturaleza. Al revelar a Dios, la Biblia nos ha dado la clave que libera los misterios de la creación”.63

Elena G. White expresó su mayor preocupación respecto de situaciones en las que la Biblia y los hallazgos de la ciencia parecen estar en conflicto. Se afligió cuando vio que algunos investigadores querían comprobar la veracidad de la Biblia mediante “la norma de la ‘falsamente llamada ciencia’”.64 Mantuvo que la investigación científica es perjudicial si concluye que la Biblia está equivocada, con un enfoque tal que en último término resulta en el escepticismo y la infidelidad, en particular entre los jóvenes.65 Por el contrario, las ideas humanas de la ciencia tienen que ser examinadas desde el ventajoso punto que brindan las Escrituras como norma infalible.66 Observó que aun “las mentes más desarrolladas, si no son guiadas por la Palabra de Dios en su obra investigadora, se aturden en su tentativa de encontrar la relación de la ciencia con la revelación”.67

Riesgos. Elena G. White vio varios factores como peligros significativos para la investigación científica. El primero se relacionaba con la falacia de asumir que se han reunido todos los hechos pertinentes a un caso determinado, o que la evidencia presentada es abrumadora.68 Como resultado, se enseñan las deducciones de la ciencia como indisputables. Elena G. White recordó a los lectores que las Escrituras denominan a esos hombres “necios”. Esas personas profesan tener datos indisputables cuando lo único que tienen es una “superficialidad del conocimiento”.69 Si uno fuera a investigar un tema científico por la eternidad, “aun habría que seguir descubriendo información relevante”.70

Un segundo factor es el potencial para la interpretación errónea de los hallazgos.71 Como resultado, se hace aparecer a la Biblia como incierta y no digna de confianza cuando contradice  los datos científicos, y esas dudas pronto son vistas como hechos por los que las albergan. La fe en la Biblia se ve destruida, dado que las Escrituras aparecen como cuestionables, y luego inaceptables. Cuando la ciencia es exaltada por encima de su Autor, tanto el investigador como los que estudian su investigación, en particular los jóvenes, son apartados de la senda. Es en este contexto que la investigación se convierte en una maldición.72

Un escenario adicional se produce cuando el investigador basa su premisa en un punto de vista secular que niega lo sobrenatural o que busca limitar el poder de Dios.73 Si las suposiciones excluyen deliberadamente a Dios de la base del estudio, los investigadores “con toda seguridad que llegan a conclusiones erróneas”.74 Son “las investigaciones científicas en las cuales no se reconoce a Dios” las que constituyen “un daño seguro”.75 Elena G. White advirtió que cuando las personas se esfuerzan por basar su estudio tan solo en principios naturales, pronto dudarán de la confiabilidad de la historia bíblica, entonces se cuestionará la existencia de Dios y, sin el ancla de las Escrituras, terminarán naufragando en las rocas del agnosticismo o ateísmo.76

Un enfoque combinado. A pesar de ello, Elena G. White sostuvo que “puesto que el libro de la naturaleza y el de la revelación llevan el sello de la misma Mente maestra, no pueden sino hablar en armonía”, no pueden sino estar en armonía.77 La verdadera ciencia, añadió, si bien emplea diversos métodos y terminología, no producirá en su investigación “nada que, correctamente comprendido, discrepe con la revelación divina”.78 Asimismo, como la verdadera investigación científica y la Biblia no están en desacuerdo, cada una llevará a una comprensión más profunda de la otra.79 En particular, la investigación combinada del mundo natural y la Palabra escrita llevará a una comprensión más profunda del carácter de Dios y sus leyes, lo que resultará en una comunión más íntima con Dios.80

Otros tipos de investigación

Elena G. White también se refirió a otros tipos de investigación, como por ejemplo la investigación histórica, el análisis documental y los estudios etnográficos, si bien no de manera tan extensiva. Destacó, por ejemplo, que Jacques Lefevre, mediante su investigación de la literatura antigua, descubrió la Biblia por sí mismo y, al hacerlo, ayudó a marcar el inicio de la Reforma.81 También expresó que el misionero Joseph Wolff, que viajó extensamente por África, Asia y Medio Oriente, pudo testificar de manera efectiva al regresar presentando conferencias basadas en sus investigaciones.82

Deberíamos también notar que, en varias ocasiones, Elena G. White incorporó en sus escritos fragmentos de obras que incluían en su título la palabra investigación o sus derivados. Por ejemplo, en su libro El conflicto de los siglos, citó a Investigaciones y labores misioneras de Joseph Wolff e Investigaciones eclesiásticas de Robert Robinson.83

Aunque Elena G. White sostuvo que “aunque es perfectamente apropiado recolectar ideas de otras mentes”, también advirtió contra los que tomaban esas ideas y meramente las repetían. “Haced esas ideas vuestras”, aconsejó; “enmarcad vosotros mismos los argumentos a partir de vuestro estudio e investigación”.84

Elena G. White creía, por ejemplo, que el proceso de educación tenía que capacitar a los estudiantes para ser “pensadores y no meros reflectores de los pensamientos de otras personas”.85 Advirtió en contra de los estudiantes que pasaban muchos años analizando los resultados de la investigación mientras que descuidaban la Biblia.86 Advirtió que esa confianza en la investigación de los estudiosos, aparte de la Palabra de Dios, puede llevar a conclusiones erróneas al punto de entusiasmarse “con teorías de origen diabólico”.87

De manera similar, Elena G. White advirtió que quienes comparten su conocimiento con otros “no [tienen] que contentarse en depender de las investigaciones de otras mentes”, sino que tienen que llevar a cabo investigaciones cuidadosas por sí mismos.88 Ella advirtió también que confiar tan solo en la investigación de lo que otros han escrito podría fomentar el orgullo intelectual y limitar la utilidad propia.89 “Muy poco del dinero invertido en amontonar volúmenes para el estudio y la investigación”, escribió, “proporciona poco en hacer a una persona una obrera exitosa en pro de las almas”.90

Orientación para los investigadores

Fuentes de orientación. No somos los únicos al dedicarnos a la investigación. Elena G. White afirmó que “Jesús nos ha prometido una guía al investigar”91 y que el Espíritu Santo “iluminará la mente y guiará la investigación” de los que busquen la verdad.92 “Tenemos no solo que investigar”, aclaró. “Tenemos que pedir sabiduría a Dios para que nos ayude en la búsqueda. Las verdades esenciales para nosotros están profundamente sepultadas como para ser descubiertas por la investigación humana sin ayuda”.93

La Biblia, a su vez, debería iluminar la investigación del mundo natural. Elena G. White advirtió que aun las mentes más brillantes, “si no son [guiadas] por la Palabra de Dios en sus investigaciones, se tornan [perplejas]; no pueden comprender al Creador o sus obras”.94

Elena G. White sostuvo que hay asuntos que aun la investigación más cuidadosa no puede explicar adecuadamente. Los “caminos y las obras del Creador”, por ejemplo, presentan misterios que aun la investigación más erudita no puede interpretar.

Si se ignora o rechaza estos recursos divinos, Satanás, pretendiendo ser un mensajero de luz, presentará temas intrigantes para el estudio, y el investigador será llevado a aceptar el error como la verdad y a “conclusiones erróneas y a unirse con espíritus seductores en la obra de proponer nuevas teorías que apartan de la verdad”.95 Solo mediante la oración y la comunión con Dios un investigador puede escaparse de esta trampa fatal.96

Consejos específicos. Elena G. White también brindó orientación explícita a diversos tipos de individuos. Amonestó por ejemplo a los profesionales, para que evalúen críticamente los artículos de sus revistas académicas. Elena G. White vio peligroso, por ejemplo, cuando los médicos simplemente leen y aceptan enfoques para tratar la enfermedad “sin cernir toda teoría”. Como resultado, pueden incorporar esas ideas a su práctica para “experimentar con la vida de los seres humanos y a sacrificar no pocos de ellos”.97

Elena G. White aconsejó que los estudiantes obtengan si es po0sible en poco tiempo, un conocimiento personal de Cristo y las Escrituras por medio de la oración y la investigación profunda.98 También podría producirse, sin embargo, la situación opuesta. Los estudiantes pueden pasar largos años investigando sin obtener jamás un conocimiento de Dios.99 Absorbidos en su estudio de “libros que contienen los resultados de la investigación humana”, pueden llegar a rechazar la Biblia. Lo más peligroso es leer material que arroja dudas sobre la Palabra de Dios. En la mente de esos jóvenes, ultimadamente la fe perecerá cuando acepten declaraciones infieles como la verdad.100 Para evitar esos errores, es necesario entrenar a los estudiantes para pensar por sí mismos, desarrollando el hábito de la lectura reflexiva.101

Reconocimiento de las limitaciones. Aunque Elena G. White reconoció el valor de la investigación, también fue consciente de sus limitaciones. Una limitación está dada por el conocimiento parcial. Destacó que, dada la realidad de la brevedad de la vida, la esfera limitada y la visión restringida, el investigador no capta todos los hechos relevantes.102 Esta limitación queda en evidencia en la manera en que se revisan o descartan con frecuencia las conclusiones. Puede verse también en las teorías conflictivas que promueven diversos investigadores. Ignorar esta limitación resulta en particular perjudicial cuando los investigadores “intentan juzgar al Creador y sus obras con el escaso conocimiento que tienen de la ciencia”.103

Otra limitación es el ámbito restringido. Elena G. White sostuvo que hay asuntos que aun la investigación más cuidadosa no puede explicar adecuadamente. Los “caminos y las obras del Creador”, por ejemplo, presentan misterios que aun la investigación más erudita no puede interpretar.104 De manera similar, la mente humana tiene una capacidad insuficiente de comprender la existencia de Dios y la entrada del pecado.105 Tampoco puede uno explicar mediante los principios científicos la influencia del Espíritu Santo en el corazón ni el misterio de la piedad.106

Dado que la investigación es impotente a la hora de explicar plenamente ciertos fenómenos en la vida humana o en el mundo natural, cuán necio, entonces, es tratar de contradecir la existencia, el carácter o la ley de Dios, o concluir que algunas porciones de las Escrituras son inspiradas mientras que otras no lo son.107 Es esta investigación especulativa en la naturaleza de Dios, sus atributos o prerrogativas, lo que “no les dará resultados provechosos, y si persisten en ella lo harán con peligro de sus almas”.108

En consecuencia, los investigadores no solo tienen que creer lo que pueden comprender.109 Tienen que reconocer que, más allá de las verdades simples del plan de salvación, yacen misterios que “subyugan la mente en su investigación, inspirando así al buscador sincero en pro de la verdad con reverencia y fe”.110 Aquí la razón tiene que rendirse ante la revelación divina. Aun una “vida de oración e investigación dejará mucho sin explorar y aprender”.111

El espíritu de investigación. Elena G. White abogó para que los investigadores incorporen en sus estudios un espíritu de indagación, apertura de mente y determinación. Destacó que, aunque estudios previos recolectaron gran parte del “tesoro que yace cerca de la superficie”, la investigación llevada a cabo de manera apropiada, con una mente que busque “mantener una comprensión pura […] hallará los tesoros ocultos de la verdad: la revelación de algún nuevo aspecto, que otros pueden haber pasado por alto”.112

Elena G. White también abogó por la humildad. Aunque observó que Dios no quiere que seamos “menos agudos, menos inquisitivos o menos inteligentes”, recomendó que “la arrogancia no es grandeza, ni la soberbia conocimiento. El orgullo humano no es evidencia de fortaleza sino de debilidad. No revela sabiduría sino necedad. Exaltar indebidamente la razón es rebajarla. Colocar lo humano en rivalidad con lo divino es tornarlo despreciable”.113

En resumen, si bien reconociendo las limitaciones y fallas potenciales, Elena G. White fue una firme defensora de la investigación. Afirmó que se requiere de una investigación profunda para comprender la verdad de Dios.114 Afirmó que la investigación es fundamental para la vida cristiana, pero que los investigadores tenían que “buscar a Dios a cada paso, para que la criatura fuera dirigida por el Creador”.115

En consecuencia, como educadores cristianos, tenemos que aceptar la investigación e incorporar actividades de investigación a lo largo de la experiencia educativa,116 siempre y cuando reconozcamos de la misma manera que hay Alguien que está por encima de todo.117

Este artículo ha sido sometido a una revisión de pares.

John Wesley Taylor V

John Wesley Taylor V, PhD, EdD, es director asociado del Departamento de Educación de la Asociación General en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. Ha dirigido estudios de investigación, enseñado asignaturas de investigación y presidido tesis de grado y doctorales.

Citación recomendada:

John Wesley Taylor V, “Elena White y el papel de la educación”, Revista de educación adventista 82:2 (Abril-Junio 2020): 27-34.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Adicionalmente, hay 72 instancias del término investigación o sus derivados en expresiones al editor o en referencias. Los resultados pertenecen a búsquedas llevadas a cabo en http://www.egwwritings.org,  una base de datos abarcadora de los escritos de Elena White, publicados e inéditos, que brinda el Patrimonio White.
  2. Declaraciones textualmente similares utilizan las mismas palabras. Conceptualmente, declaraciones similares pueden usar sinónimos, o el orden de las palabras puede variar, mientras transmiten el mismo pensamiento. Puede hallarse una compilación de las declaraciones de investigación en los escritos de Elena White en el sitio URL [Declaraciones adjuntas].
  3. Elena G. White, El conflicto de los siglos (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 2007), 513. (A partir de aquí, CS).
  4. __________, Consejos para los maestros, padres y alumnos (Mountain View, Calif., Pacific Press, 1971), 365. (A partir de aquí, CM). En una declaración similar, Elena G. White afirmó: “Las especulaciones filosóficas frías y las investigaciones científicas en las cuales no se reconoce a Dios, son un daño positivo” (ibíd., 409).
  5. __________, Testimonios para la iglesia (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 2008), 8:321. (A partir de aquí, abreviado [Número de tomo] más T ―por ej., 4T).
  6. __________, “Imperative Necessity of Searching for Truth”, The Advent Review and Sabbath Herald 69:45 (15 de noviembre de 1892): 706. (A partir de aquí, RH.)
  7. __________, “Timothy”, The Youth’s Instructor 46:18 (5 de mayo de 1898): pár. 1. (A partir de aquí, abreviado YI.) Elena G. White expandió este concepto: “Muchos de sus tesoros [de la Biblia] están lejos de la superficie, y sólo pueden ser obtenidos por medio de una investigación diligente y de un esfuerzo continuo” (La educación [Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1903], 123). (A partir de aquí, LE)
  8. CM 411.
  9. LE 15.
  10. __________, Profetas y reyes (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1957), 47. (A partir de aquí, PR).
  11. __________, “The Word Made Flesh”, RH 83:14 (5 de abril de 1906): 8.
  12. __________, El Cristo triunfante (Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1999), 35. (A partir de aquí, CT). 
  13. __________, Palabras de vida del gran Maestro (Mountain View, Cal.: Pacific Press Publ. Assn., 1971), 311. (A partir de aquí, PVGM).
  14. __________, “Peter’s Fall”, Signs of the Times 23:43 (4 de noviembre de 1879): 675, 676. (A partir de aquí, ST).
  15. __________, Manuscrito Release, t. 20, no. 1490 (30 de julio de 1901), 335.3. (A partir de aquí, abreviado como el número de volumen más MR, por ej., 20MR). En el contexto actual, el término Manuscrito Releases [Manuscritos liberados] se refiere a diversos tipos de documentos escritos por Elena G. White, que entre 1981 y 1993 fueron recolectados y publicados en 21 volúmenes por el Patrimonio White, y que están disponibles en línea en http://m.egwwritings.org/en/folders/9.
  16. CS 407; __________, Spirit of Prophecy (Battle Creek, Mich.: Seventh-day Adventist Publ. Assn., 1884), t. 4, 260. (A partir de aquí, 4SP.)
  17. __________, En los lugares celestiales (Washington, D.C.: Review and Herald, 1967), 349 (A partir de aquí, ELC); 3T 327.
  18. __________, Carta 23 a su hijo J. Edson White y su esposa Emma (5 de agosto de 1879). (A partir de aquí, expresado como Carta más número y fecha). Estas son cartas que escribió Elena G. White a una diversidad de personas, que están disponibles en línea en http://egwwritings.org en el menú desplegable bajo Cartas y Manuscritos.
  19. Carta 385, 1904 a J. H. Kellogg.
  20. 20MR No. 1492 (22 de abril de 1905), 349.
  21. __________, “Sparta Camp-Meeting”, RH 47:21 (25 de mayo de 1876): 162; __________, “Imperative Necessity of Searching for Truth”, ibíd. (15 de noviembre de 1892): 706.
  22. __________, “In Demonstration of the Spirit”, RH 65:36 (4 de septiembre de 1888): 561, 562.
  23. __________, “The Law of God”, RH 35:12 (8 de marzo de 1870): 91.
  24. Carta 20a, 1888 a Hermanos que se reúnen en la Semana de Oración, pár. 5.
  25. __________, Cada día con Dios (Washington, D.C.: Review and Herald, 1979), 43. (A partir de aquí, CDCD); __________, A fin de conocerle (Washington, D.C.: Review and Herald, 1964), 194. (A partir de aquí, AFC).
  26. 26.__________, “The Importance of Searching the Scriptures”, The Watchman (18 de diciembre de 1906): pár. 3.
  27. __________, Manuscrito 78, “Nearing the Judgment” (1886) pár. 5. (A partir de aquí, Ms más el número y el año. Esto son documentos escritos por Elena G. White, que están disponibles en línea en http://egwwritings.org en el menú desplegable bajo Cartas y Manuscritos.
  28. 2MR No. 147 (1886), 245; 9MR No. 65 (27 de julio de 1891), 68; AFC 194; PVGM 129; __________, “The True, or the False”, RH 75:32 (9 de agosto de 1898): 501, 502; __________, “Importance of Bible Study”, YI 32:19 (7 de mayo de 1884): 75.
  29. 4T 499; Alza tus ojos, 54 (A partir de aquí, ATO); __________, “Timothy”, YI 46 (5 de mayo de 1898): pár. 1 y 12.
  30. __________, “The True, or the False”, RH; 4T 499.
  31. __________, “Sparta Camp-Meeting”, RH; __________, “The True, or the False”, RH.
  32. 9MR No. 65, 68.
  33. __________, “The True Object of Education—No. 2,” YI 46:14 (7 de abril de 1898): pár. 1.
  34. Carta 2, 1898, A los líderes de nuestras iglesias, pár. 1-17; ATO 54.
  35. __________, “Imperative Necessity of Searching for Truth”, RH 69:45 (15 de noviembre de 1892): 706-708; CDCD 43.
  36. __________, “Our Great Treasure-House”, ST 32:38 (3 de octubre de 1906): 6; véase también LE 123; __________, Nuestra elevada vocación (Washington, D.C.: Review and Herald, 1961), 205. (A partir de aquí, NEV).
  37. LE 123. Elena White utilizó la analogía de un minero (véase 8T 169); “The Divine Teacher”, ST 27:18 [1 de mayo de 1901]: pár. 1), y destacó que no se puede simplemente echar un vistazo a la superficie y esperar descubrir verdades profundas (“Imperative Necessity of Searching for Truth”, RH 69:45 [15 de noviembre de 1892]: 706-708); “My People Have Committed Two Evils”, ST 19:47 (2 de octubre de 1893): 741, 742.
  38. Carta 3, 2 de febrero de 1898, A los hermanos, pár. 1-16.
  39. CM 51; __________, From Eternity Past (Nampa, Idaho: Pacific Press, 1983), 434 (A partir de aquí, EP); __________, Healthful Living (Battle Creek, Mich.: Medical Missionary Board, 1898), 297. (A partir de aquí, HL). Respecto de estos temas, Elena White escribió: “Todos pueden ahora empezar su investigación” (Mensajes para los jóvenes [Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interamericana, 2008], 180). (A partir de aquí, MPJ).
  40. Elena G. White, “The Law of God”, RH 35:12 (8 de marzo de 1870): 90, 91; __________,”The True, or the False”, ibíd. 75:32.
  41. __________, “The Lord’s Supper and the Ordinance of Feet-Washing—No. 4”, RH 75:25 (21 de junio de 1898): 389, 390.
  42. __________, “Imperative Necessity of Searching for Truth”, ibíd. 69:45 (15 de noviembre de 1892): 706.
  43. __________, “The Truth as It Is in Jesus”, ST 24 (16 de junio de 1898); Ms 61b, 1895, “Diary, November-December 1895”; Ms 69a, 1896, “Diary/Duties of Faithful Parenting; Loyalty to God’s Law” (1896-1897).
  44. CM 428. También, __________, “The Truth as It Is in Jesus”, ST (ibíd.)
  45. Ms 41, 1900, 10-12; MPJ 253; AFC 194.
  46. NEV 205.
  47. Ms 41, 1900, pár. 31; Ms 61b, 1895; MPJ 253; CDCD 43; 9MR, 310.
  48. __________, “In Demonstration of the Spirit”, RH 65:36 (4 de septiembre de 1888): 561, 562. En esta frase, uno de los resultados que con frecuencia se solía describir era una clara comprensión del plan de salvación y sus condiciones (Ms 69a, 1896; Ms 33, 1897, “We Would See Jesus”, pár. 1-33. Elena G. White expresó que cuando uno participa de la investigación personal con “humildad de corazón”, el tema de la redención se abrirá ante la investigadora, de manera que ella pueda comprender mejor el camino al cielo (PVGM 129; ATO 54).
  49. Ms 200, 1898, “Sermons/Thoughts on Colossians 2”, pár. 1-15.
  50. Ms 33, 1900, “Unfaithful Shepherds”, pár. 17.
  51. Ms 78, 1886.
  52. CDCD 41.
  53. 3T 481.
  54. Carta 366, 1905, “Letter to A. F. Ballenger”, pár. 12. White también que “está presentando cuestiones controvertidas y creando todo tipo de interrogantes,” algo que absorbe el tiempo de otros ministros de evaluar estas cuestiones y crea “malentendidos y un espíritu partidario”. A. F. Ballenger (1861–1921) fue un ministro adventista que defendía el universalismo y fundó el movimiento “Recibid el Espíritu Santo”, precursor del movimiento de la Carne Santa, un enfoque de la adoración que Elena G. White condenó decididamente (__________, Mensajes selectos [Washington, D.C.: Review and Herald, 1958], t. 2, 36-38). (A partir de aquí, MS2).
  55. Elena G. White, The Ellen G. White 1888 Materials (Silver Spring, Md.: Ellen G. White Estate, Inc., Octubre 1987), 825. Disponible en https://egwwritings-a.akamaihd.net/pdf/en_1888.pdf. (A partir de aquí, 1888.)
  56. CS 522.
  57. CM 426.
  58. __________, Patriarcas y profetas (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1890), 648. (A partir de aquí, PP).
  59. LE 17.
  60. __________, El ministerio de curación (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1959), 367. (A partir de aquí, MC).
  61. MPJ 181; MC 367.
  62. CM 361.
  63. Ms 78, 1886.
  64. 4SP 345.
  65. CM 361.
  66. MC 367.
  67. CS 522.
  68. __________, Mensajes selectos (Washington, D.C.: Review and Herald, 1980), t. 3, 306. (A partir de aquí, MS3).
  69. __________, From the Heart (FH), 155.
  70. CM 66.
  71. PVGM 23; __________, Fundamentals of Christian Education (Nashville: Southern Publ. Assn., 1923), 328. (A partir de aquí, FE).
  72. CS 522.
  73. Carta 18, 1892, “Letter to J. H. Kellogg”, pár. 1-18.
  74. PP 105. Véase también PVGM 23. Elena G. White destacó que la investigación es, en realidad, “son llevadas a cabo por el padre de mentira” (Ms 17, 1902, “Parents’ Work”, pár. 5).
  75. CM 408.
  76. EP 66; FH 155.
  77. LE 128.
  78. Respecto de la geología, por ejemplo, Elena G. White expresó: “Moisés escribió bajo la dirección del Espíritu de Dios, y una teoría correcta de la geología nunca aceptará [supuestos] descubrimientos que no puedan reconciliarse con sus declaraciones. La idea con la cual muchos tropiezan, de que Dios no creó la materia cuando trajo el mundo a la existencia, limita el poder del Santo de Israel” (“Science and Revelation”, ST 10:11 [13 de marzo de 1884]: 161).
  79. PP 107; EP 68.
  80. MC 367.
  81. CS 196.
  82. CS 359.
  83. Ibíd., 358, 382.
  84. __________, “Diligence a Necessary Qualification in the Minister”, RH 63:14 (6 de abril de 1886): 209, 210.
  85. Elena G. White, True Education: An Adaptation of Education by Ellen G. White (Nampa, Idaho: Pacific Press, 2000), 12.
  86. CM 393.
  87. __________, Mente, carácter y personalidad (Buenos Aires: Asoc. Casa Editora Sudamericana, 1989), t. 2, 727. (A partir de aquí, 2MCP.) Elena G. White añadió entonces: “Satanás, revestido con el ropaje de un ángel de luz, presenta al estudio de la mente humana diversos temas que parecen muy interesantes y llenos de misterio científico. En la investigación de estos temas, se induce a los hombres a aceptar conclusiones erróneas y a unirse con espíritus seductores en la obra de proponer nuevas teorías que apartan de la verdad” (ibíd., 727).
  88. __________, “Preach the Word”, RH 65:17 (24 de abril de 1888): 257, 258. Véase también __________, “In Demonstration of the Spirit”, RH 65:36 (4 de septiembre de 1888): 561, 562; __________, “The Law of God”, RH; y Ms 33, 1897. Los ministros, por ejemplo, fueron advertidos respecto de apoyarse en información que otros investigaron. Por el contrario, tienen que obtener conocimientos para sí, con el propósito de alcanzar el éxito en el ministerio (“Wanted, Laborers for the Harvest”, ST 2 [7 de septiembre de 1876]: pár. 13).
  89. CM 368.
  90. __________, “Spiritual Food”, Gospel Herald 1:12 (1 de diciembre de 1899): 102, 103.
  91. Ms 106, 1893, “Will a Man Rob God?” pár. 7.
  92. Carta 3, 1898. Véase también __________, “My People Have Committed Two Evils”, ST 19:47 (2 de octubre de 1893): 741, 742; y Ms 33, 1897.
  93. __________, “The Divine Teacher”, ST 27:18 (1 de mayo de 1901): pár. 1.
  94. FE 84. También, de manera similar, en CS 522.
  95. 2MCP 727.
  96. Ibíd., 740.
  97. __________, El ministerio médico (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1932), 181.
  98. Carta 76, 1897, “Letter to George A. Irwin”, pár. 1-19.
  99. CM 408.
  100. PVGM 23.
  101. Elena G. White escribió: “Los que practican el hábito de leer rápidamente una historia excitante están simplemente invalidando su fuerza mental y descalificando su mente para la reflexión e investigación vigorosa” (FE 163). Véase también CM 127.
  102. LE 130.
  103. MC 334.
  104. Ms 4, 1882, “God in Nature”, pár. 1-15.
  105. __________, Sermons and Talks (Silver Spring, Md.: Ellen G. White Estate, Inc., 1980), t. 1, 65. (A partir de aquí, 1SAT).
  106. MPJ 132.
  107. HL 295; 1SAT 65.
  108. MC 334.
  109. 2MCP 590.
  110. __________, A Call to Stand Apart (Hagerstown, Md.: Review and Herald, 2002); ibíd.; LE 170 (5T 700).
  111. 5T 280. Algunos de estos misterios serán revelados por Cristo en la eternidad, mientras que otros permanecerán inescrutables para siempre (4SP 345). En estas cuestiones, la curiosidad desenfrenada puede desviar al investigador. Esto es un paralelo con lo que le sucedió a Eva y el árbol del conocimiento (CT 33), donde los investigadores están seguros de que la comprensión que están por obtener es esencial, y su ambición busca con ansiedad ese conocimiento que mejore su sentido de importancia y supremacía propias.
  112. Ms 75a, 1897, “Sermon”, pár. 1-16.
  113. __________, “Workers with Christ”, RH 63:3 (19 de enero de 1886): 33, 34; véase también 1888, 825.
  114. __________, “Imperative Necessity of Searching for Truth”, RH 69:45 (15 de noviembre de 1892): 706, 707.
  115. 1888, 981.
  116. Por ejemplo, LE 17; MC 367; Carta 76, 1897; __________, “The Importance of Searching the Scriptures”, The Watchman (18 de diciembre de 1906): pár. 3; __________, “The True Object of Education—No. 2”, YI 46 (7 de abril de 1898): pár. 1.
  117. __________, El Deseado de todas las gentes (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1955), 429.