Promover y mantener la imparcialidad es una de las funciones más esenciales de una junta escolar eficaz. Los líderes y los miembros de la junta deben ser capaces de representar a los diferentes grupos de la iglesia y de la comunidad y garantizar que las diversas voces estén representadas al tomar decisiones educativas y administrativas. Los líderes eclesiásticos y educativos que trabajan con las juntas escolares deben proporcionar a sus miembros la formación necesaria para comprender su responsabilidad de garantizar la imparcialidad como entidad encargada de tomar decisiones y elaborar políticas. Estas sesiones de formación deben ayudar a los miembros de las juntas escolares a comprender que, en el desempeño de sus funciones, están exacerbando, perpetuando, mitigando o eliminando desigualdades. Los líderes también deben ayudar a las juntas escolares a trabajar unidos para crear y adoptar declaraciones que muestren su compromiso con la equidad, la diversidad y la inclusión. Estos principios son esenciales para el funcionamiento eficaz de una junta escolar.

La pertenencia a la junta escolar es relativamente fácil para los miembros de la iglesia que, en la mayoría de los casos, son elegidos por los miembros de la escuela, y esto es digno de elogio; sin embargo, aunque la pertenencia requiere unas cualificaciones mínimas,1 el proceso de convertirse en un miembro eficaz de la junta requiere tiempo y voluntad de aprender. Año tras año, el miembro de la junta escolar debe ser cada vez mejor al formular preguntas sobre política y evaluar si la junta y todos los afiliados a la escuela están cumpliendo la misión y visión de la escuela. Con la formación adecuada y la experiencia, los miembros eficientes de la junta escolar aprenden a distinguir entre la supervisión adecuada y la microgestión. Estos aprenderán a identificar la diferencia entre parcialidad e imparcialidad en las relaciones de la junta escolar con la escuela y la comunidad. Este artículo examina algunas de las amenazas a la imparcialidad que socavan la toma de decisiones eficaz por parte de los consejos escolares y sugiere formas de identificarlas y, si es posible, prevenirlas o mitigarlas.

Un llamado al servicio imparcial

La pertenencia a la junta escolar nunca debe verse con un sentido de derecho o privilegio especial. Cuando un miembro de la junta escolar (o toda la junta) considera el cargo eclesiástico como un derecho o una posición de poder más que como una misión, esto puede conducir a problemas de parcialidad y favoritismo basados en amistades y conexiones con individuos (incluyendo parientes) que tienen un alto perfil e influencia en la comunidad de la iglesia. Sean cuales sean sus orígenes, todas las familias adventistas merecen tener acceso a la educación adventista y a sus beneficios basándose en los principios de igualdad e imparcialidad.

Peter Drucker, conocido educador y consultor de administración, subrayó el propósito de ser miembro de la junta cuando observó que “sobre la puerta de la sala de juntas de la organización sin fines de lucro debería haber una inscripción en letras grandes que dijera: ‘Ser miembro de esta junta no es poder; es responsabilidad’”.2 Los miembros de la junta deben ser muy conscientes de lo que dicen, cuánto hablan y a quién, para evitar la acusación de que no están siendo imparciales. Todos los miembros de la junta escolar merecen (y necesitan) una buena orientación que haga hincapié en los comportamientos éticos y las cualidades de liderazgo de servicio como su primera responsabilidad ante la comunidad escolar.

El reto de mantener la imparcialidad en los consejos escolares adventistas puede verse exacerbado por un sistema escolar eclesiástico que depende principalmente de voluntarios no remunerados para servir como miembros de la junta. Karl W. Kime, en su artículo “Streaming the Adventist School Board”, escribe: “Dado que el servicio es voluntario y no remunerado, los miembros [de la junta] pueden considerar que el cargo requiere poco trabajo o compromiso”.3 En comparación con las juntas de las escuelas públicas, las juntas escolares de las escuelas adventistas pueden no recibir el mismo escrutinio o responsabilidad por parte de los electores que los funcionarios electos de los distritos escolares públicos. Sin embargo, en el lado positivo, la dependencia de miembros voluntarios subraya la motivación intrínseca y el compromiso con el servicio cristiano de los miembros de la junta que ayudan a las escuelas adventistas tener éxito año tras año.

Para tener éxito, las juntas escolares tienen el deber primordial de desarrollar y mantener la confianza de sus electores y partes interesadas. La confidencialidad desempeña un papel fundamental y, junto con la imparcialidad, garantiza que los miembros tomen decisiones justas y equitativas. En un mundo en el que la tecnología nos impulsa hacia el futuro, las juntas escolares no pueden permitirse perder sus fundamentos éticos.

Algunas preguntas sobre el consejo escolar serían, ¿Mantienen los miembros la confidencialidad cuando se espera que lo hagan? ¿Deben los miembros firmar un Acuerdo de Confidencialidad e Imparcialidad como parte de su Declaración del Código de Ética? Comprender que la confidencialidad se extiende a la información sobre alumnos y profesores, empleados del personal, sus familias y afiliaciones con organizaciones u oficinas educativas (incluidas las agencias educativas estatales y nacionales) significa que debe hacerse hincapié en la importancia de la confidencialidad.

Necesidad de formación sobre imparcialidad en los consejos de administración

Aunque todos los administradores, directivos, miembros del comité ejecutivo/junta escolar, empleados exentos y voluntarios de las organizaciones adventistas de la División Norteamericana están obligados a firmar anualmente una declaración de aceptación de la política/directrices de la iglesia sobre conflictos de intereses/fundamentos éticos,4 sigue habiendo ciertas “zonas grises” que rara vez se discuten o revisan. Estas zonas grises incluyen cuestiones relacionadas con la integridad de la junta escolar y si está actuando en el mejor interés de la escuela, sus estudiantes y empleados, y sus constituyentes. Estas zonas grises pueden eliminarse o reducirse al mínimo cuando la organización/escuela utiliza su declaración de misión (una breve descripción de la razón de ser de una organización) como filtro para toda su planificación y toma de decisiones. Un filtro de declaración de misión escolar bien enunciada y resuelta tiende a aportar claridad y a reforzar valores fundamentales como la imparcialidad, la confidencialidad y la integridad.

Sharland aborda el reto de la imparcialidad y cree que, como seres humanos, “todos hacemos constantemente suposiciones sobre las personas, y a menudo no tenemos en cuenta cuáles son acertadas y cuáles no”.5 Esto significa que las personas pueden optar por justificar o defender sus suposiciones, y a veces pueden llegar a conclusiones erróneas y cometer errores que revelan una predisposición o prejuicio que quizá nunca se pretendió. Como resultado, las decisiones de la junta escolar pueden tener buenas intenciones, pero conducir a malos resultados.

A veces, los motivos y los fundamentos de las decisiones de la junta escolar pueden ser muy cuestionables y aparentemente contrarios a la política/declaración ética adoptada por la junta y a la labor moral de gobierno. Esta es una de las razones por las que el desarrollo profesional de los miembros de la junta escolar debe incluir la formación y la concientización sobre la imparcialidad, para aumentar la posibilidad de que la equidad y la imparcialidad se apliquen sistemáticamente en el proceso de toma de decisiones y de elaboración de políticas.

Cuando las decisiones de la junta no tienen nada que ver con la dirección de Dios, sino quién está del lado de quién, da la apariencia de que los miembros de la escuela están dispuestos a cambiar la gracia y el comportamiento ético por el poder. Por muy conscientes que sean los miembros de la junta escolar del código ético y de la política sobre conflictos de intereses de su consejo escolar, sus conocimientos seguirán siendo abstractos y teóricos hasta que se preocupen por las personas que se enfrentan a las consecuencias negativas de la parcialidad y el favoritismo.

Definición de imparcialidad

Aunque muchas juntas escolares adventistas están compuestas por miembros sinceros, honestos y dedicados que sirven con integridad y donan su experiencia y tiempo para servir a sus comunidades escolares año tras año, es importante darse cuenta de que todo el mundo tiene actitudes (prejuicios) y estereotipos que pueden afectar su comprensión, acción y decisión. A veces, los prejuicios y los estereotipos se interponen en el camino del buen juicio cuando se necesita un pensamiento crítico y más información para llegar a una decisión bien razonada.

La imparcialidad debe ser el principio rector de la forma en que un consejo escolar presta servicio a la comunidad escolar. El Diccionario Merriam-Webster explica la diferencia entre “imparcial” y “parcial” y define que, “ser ‘parcial con’ o ‘parcial hacia’ alguien o algo es estar algo predispuesto o tener prejuicios, lo que significa que una persona que es parcial en realidad solo ve una parte de todo el panorama. Ser imparcial es lo contrario”.6 Resulta que la imparcialidad (o ser imparcial) es importante para la elaboración de políticas y la correcta interpretación o traducción de las decisiones de la junta escolar. Además, demostrar coherencia en la imparcialidad ayuda a las juntas escolares a labrarse una reputación de ser dignos de confianza y profesionales.

Amenazas a la imparcialidad

Dado que hay ocasiones en las que las juntas escolares deben mediar en conflictos, es importante que las amenazas a la imparcialidad y la justicia sean eliminadas antes de que se conviertan en circunstancias más perjudiciales. La siguiente lista no pretende ser exhaustiva, pero puede representar algunas de las amenazas más comunes a la imparcialidad en las escuelas adventistas a nivel primario y secundario:

1. Los miembros de las juntas escolares no identifican ni presentan todos los hechos, sino que optan por destacar solo aquellos que apoyan sus preferencias. La gente es propensa a creer lo que quiere creer. El sesgo de confirmación, una predisposición que se observa a menudo en las actuales guerras culturales mundiales, “es la tendencia a buscar, interpretar, favorecer y recordar información de un modo que confirme o apoye las creencias o valores previos de uno”.7 Este tipo de sesgo puede extenderse a las reuniones de las juntas escolares y conducir a decisiones y políticas erróneas. Cuando los miembros de la junta se ven expuestos a información nueva y desafiante, el sesgo de confirmación puede hacer que la rechacen y estén aún más seguros de que sus propias creencias son correctas. El adagio de que “una persona o grupo tiene derecho a sus propias opiniones, pero no a sus propios hechos” parece instructivo para este escenario.

2. Actuaciones inapropiadas de los miembros de la junta escolar durante actividades financieras que impliquen procesos de adquisición o licitación y contratos. Las juntas escolares adventistas, como todas las entidades públicas, celebran contratos públicos. Un contrato público se produce siempre que la junta adquiera bienes y servicios, independientemente de que exista o no un contrato formal. La compra de bienes como computadoras y productos de papel, el pago de servicios como la construcción o la contratación de personas para redactar solicitudes de subvención, son ejemplos de contratos públicos. Estos gastos son rutinarios y necesarios para el funcionamiento continuo de un programa educativo. Sin embargo, las directrices sobre conflictos de intereses y ética prohíben a los funcionarios y empleados escolares vender bienes o prestar servicios a su distrito escolar o a una escuela gestionada por una iglesia. Por lo tanto, los miembros de la junta escolar nunca deben utilizar su cargo para beneficio personal.

El artículo de Annetta Gibson “El deber de la Junta directiva en velar por la supervisión financiera: Cómo evitar la pregunta “¿Dónde estaba la Junta?”, nos recuerda que “cuando las personas aceptan servir en una junta directiva, también asumen la responsabilidad de las finanzas de la institución como parte del cumplimiento de las responsabilidades fiduciarias del deber de velar. La junta tiene la responsabilidad de garantizar que se implementen las políticas no solo para prevenir el abuso y el mal uso de los recursos financieros, sino también para abordar tales irregularidades cuando ocurran”.8

Además, Elena G. White nos advierte, “Las cuenta de cada negocio, los detalles de cada transacción son sometidos al escrutinio de inspectores invisibles, agentes de Aquel que nunca transige con la injusticia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el agravio”.9

3. Decisiones disciplinarias excesivas e irrazonables. El Manual de la División Norteamericana (DNA) para las Juntas Escolares de las Escuelas Adventistas del Séptimo Día afirma que “es esencial que las personas reciban un trato justo, incluso cuando es evidente que se han infringido las normas y la disciplina resultante está predeterminada por la política. Legal y éticamente, la junta debe proteger a los empleados y a los alumnos de una disciplina excesiva e irrazonable”.10 No seguir estas directrices puede crear divisiones dentro de la comunidad escolar y socavar el apoyo financiero y moral a la escuela. El “margen de error” es muy pequeño para las juntas que no se toman en serio sus responsabilidades legales y éticas.

Un ejemplo es cuando la situación socioeconómica del alumno o de la familia con la que está emparentado o relacionado puede marcar la diferencia entre quién permanece en la escuela y quién debe abandonarla (o quién es suspendido y quién no).

En su artículo titulado “Algunas consideraciones legales en la gestión de juntas de escuelas adventistas primarias y secundarias”, Lyndon Furst escribió: “Cada escuela adventista debería contar con un manual del estudiante o boletín escolar que identifique las reglas de conducta que guíe la vida estudiantil, así como los procesos que hay que seguir cuando los estudiantes se salen de esas reglas”.11 Para evitar acusaciones de disciplina excesiva o irrazonable, los administradores escolares y las juntas directivas deben considerar las implicaciones legales y consultar con el asesor legal de la escuela. Seguir el proceso establecido por la escuela y publicado en el manual escolar ayuda a orientar y mantener la imparcialidad de las decisiones disciplinarias de la junta.

4. Nepotismo y favoritismo a familias de influencia o posición. El Diccionario Collins dice que “el nepotismo es el uso injusto del poder con el fin de conseguir trabajos o beneficios para su familia o amigos”.12 Un ejemplo típico de esto en una escuela es cuando el tema de la parcialidad se exacerba involucrando al hijo o pariente de un miembro de la junta. Los miembros de las juntas de las escuelas adventistas más pequeñas, de preescolar a octavo grado, a menudo incluyen a padres de alumnos que conocen bien a la familia del alumno infractor y pueden tener dificultades para permanecer imparciales al determinar la disciplina apropiada debido a prejuicios personales.

Cuando las juntas escolares desean contratar al candidato más cualificado o al mejor candidato para el puesto, y ese candidato es pariente de un miembro de la junta escolar, esto puede dar lugar a acusaciones de nepotismo. A veces, una pareja, u otros dos parientes cercanos, pueden ser propuestos para formar parte del mismo consejo escolar de una escuela primaria, ya que el grupo de candidatos de una iglesia pequeña puede ser limitado, u otros miembros de la iglesia han declinado servir. Esta situación también puede dar lugar a acusaciones de nepotismo.

A veces, las percepciones pueden llegar a ser más importantes que la realidad, e incluso en la cultura eclesiástica, las personas en posiciones de poder pueden no esforzarse para corregir una suposición falsa si juega a su favor o creencias personales. Este escenario ilustra cómo el favoritismo puede ayudar a una persona a permanecer en una posición de poder o influencia.

Las complejidades del nepotismo y el favoritismo exigen que cada junta escolar tenga una política escrita que forme parte de su manual de la junta escolar/declaración del código de ética. El Manual de la Junta Escolar de la Oficina de Educación de la la Unión del Sur a dado su voto a una política según la cual “sólo un miembro de la familia podrá servir simultáneamente en la junta escolar. (Cualquier excepción a esta política debe ser aprobada por la Oficina de Educación de la Asociación local).”13 Se alienta a cada escuela primaria y secundaria a adoptar el mismo lenguaje en su constitución escolar y/o manual de la junta escolar local.

5. Prejuicios implícitos. Los prejuicios implícitos o inconscientes son las reacciones automáticas que tenemos hacia otras personas basadas en nuestro aprendizaje, experiencia y expectativas pasadas. Adriana Vázquez, en su artículo Cómo mitigar tus prejuicios inconscientes, escribe que “los prejuicios inconscientes se basan en el instinto y no en el análisis. Así que, como era de esperar, los juicios y conclusiones a los que llegan las personas son a menudo incorrectos y, lo que es más importante, pueden ser discriminatorios.”14 Continúa: “Aunque todos tenemos prejuicios, muchos prejuicios inconscientes tienden a dirigirse hacia grupos no dominantes en función de factores como la clase, el género, la orientación sexual, la raza, las creencias religiosas, la edad y las habilidades.”15

Aunque los sesgos implícitos suelen producirse de forma no intencionada, pueden afectar a los juicios, las decisiones y los comportamientos. Las investigaciones del Instituto Nacional de Salud han revelado que los prejuicios implícitos pueden suponer un obstáculo para la contratación y la retención de la diversidad en el lugar de trabajo.16 Los prejuicios implícitos pueden producirse cuando se cuestiona la capacidad o las aptitudes de una persona debido a su identidad social. Esto puede ocurrir en las entrevistas de trabajo o durante las evaluaciones de rendimiento cuando los consejos escolares presentan recomendaciones para la recontratación/no contratación de maestros a la oficina de educación de su Asociación.

Project Implicit es una organización sin fines de lucro y una colaboración internacional de investigadores interesados en ayudar a las personas a ser más conscientes de sus prejuicios implícitos. La organización ofrece pruebas e instrucciones sobre cómo utilizar esa toma de conciencia para alinear las acciones con las intenciones de un grupo, tomar mejores decisiones y construir organizaciones en las que todos puedan prosperar.17 Se pueden encontrar en línea otras pruebas de prejuicios implícitos que resultan especialmente útiles para educadores y líderes de organizaciones al desarrollar una toma de conciencia de sus prejuicios implícitos.

Imparcialidad del presidente de la junta escolar

El presidente de la junta escolar desempeña un papel clave al crear y mantener la percepción y la realidad de imparcialidad. Es importante que el presidente se abstenga de expresar sus puntos de vista u opiniones en relación con los puntos del orden del día y de participar en otras discusiones y debates de la junta. Es posible que esta no sea siempre la práctica de los presidentes de las juntas directivas de las escuelas adventistas de nivel primario y secundario, ya que no es una directriz específica descrita en el Manual de la División Norteamericana para las juntas directivas de las escuelas Adventistas del Séptimo Día (o documentos similares producidos por otras Divisiones). El manual sí indica que la función principal del presidente es seguir el procedimiento parlamentario y fomentar el debate sobre los puntos del orden del día.18 Sin embargo, no hay ninguna declaración en ese documento que indique cuánta influencia debe tener el presidente en la selección de los puntos del orden del día que se debaten y en las decisiones al respecto.

Hamlet Canosa afirma en su artículo “Governing Boards: A Practical Guide to Best Practices and Policies” [Consejos administrativos: Guía práctica de buenas prácticas y políticas] que “el presidente debe evitar filtrar el debate a través de sus opiniones. El presidente facilita, y no controla, el debate, de esta manera permite que surja el consenso.”19 Esta afirmación aporta claridad, pero sigue existiendo cierta confusión sobre el grado de moderación (si es que existe) que debe mantener el presidente de la junta al debatir u opinar sobre determinados puntos del orden del día.

¿Debe el presidente de la junta presionar a otros miembros para que apoyen determinados puntos de la agenda fuera de las reuniones de la junta? ¿Es apropiado que el presidente de la junta presente sus opiniones sobre los puntos agendados durante las reuniones de la junta? ¿Debe el presidente participar en tratos quid pro quo para obtener apoyo y votos para proyectos o propuestas especiales? ¿Cuál debería ser la mejor práctica para el liderazgo de las juntas escolares adventistas? Según Shekshnia, un buen presidente debe escuchar atentamente para determinar el consenso de la junta, evitar el uso del “yo” y no ocupar nunca más del 10% del tiempo de intervención durante una reunión de la junta.20 Más concretamente, Shekshnia añade que “aunque muchos presidentes recién nombrados están ansiosos por poner sus conocimientos y experiencia al servicio de la junta, la dura realidad es que la productividad colectiva se resiente cuando la persona que encabeza la mesa tiene opiniones firmes sobre un asunto concreto.”21

Cuando existan conflictos de intereses, debe ser responsabilidad del presidente de la junta asegurarse de que se traten y documenten en las actas de la junta escolar. De este modo queda constancia de cómo se trataron y resolvieron estas cuestiones (incluida la parcialidad).

Nick Price, que escribe para BoardEffect, cree que “documentar la revelación de un conflicto de interés en el acta de la reunión tiene múltiples propósitos. En primer lugar, documentar los potenciales conflictos ayudará a las organizaciones sin fines de lucro a evitar penalizaciones indebidas u otras sanciones. Registrar los conflictos también sirve para aclarar que la junta se toma en serio los conflictos de intereses ante cualquier miembro, terceros, observadores o reguladores, lo que también es un reflejo de la reputación de la organización de tener una ética sólida.”22

Pasar de la función de gestor a facilitador debería ser el modus operandi de un buen presidente de junta escolar para aumentar la eficacia de los debates en grupo y mantener la imparcialidad. Un estilo de liderazgo que incorpore la colaboración y genere consenso para llegar a una solución ayuda a garantizar la resolución de problemas. Aunque puede haber ocasiones en las que el consejo en pleno desee conocer la postura u opinión de su presidente sobre un asunto concreto, el presidente siempre debe incluir la advertencia de que solo dispone de información limitada y, por tanto, no puede hacer una declaración concluyente. El presidente de la junta escolar no debe verse en las circunstancias de discutir sus opiniones o decisiones prematuramente o de mostrar parcialidad hacia una solución en detrimento de otra. Tal vez una buena regla general que los presidentes de juntas escolares deberían recordar es que el único momento en el que no se espera que sean imparciales es cuando describen a su nuevo hijo(a) o nieto(a).

El presidente de la junta marca la pauta para todo el programa escolar y sus integrantes. Los alumnos, los padres, el personal y la comunidad observan atentamente cómo funciona y gobierna la junta. Los presidentes de la junta dan un ejemplo positivo cuando establecen una cultura de imparcialidad, integridad y colaboración, que ayuda a crear confianza en toda la comunidad escolar. Sin tal ejemplo, la confianza en el programa escolar se resiente, y aquellos padres que puedan estar considerando una educación adventista para sus hijos buscarán en otra parte lo que perciben como una mejor inversión y ambiente.

Formación en imparcialidad

La formación en imparcialidad, por tanto, es esencial para el funcionamiento eficaz de las juntas escolares. Las juntas escolares adventistas se basan en una fuerte espiritualidad como recurso principal para guiar su proceso de toma de decisiones, que incluye sesiones de oración en las que se comprometen a someterse a la voluntad de Dios, quien pide a los miembros de la junta (y a todos los creyentes) “practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante [su] Dios” (Miqueas 6:8, NVI)23 en todas sus deliberaciones. Desde una perspectiva bíblica, vemos que Dios no muestra ninguna parcialidad (Hechos 10:34, 35; Deuteronomio 1:16, 17) en su trato con los seres humanos. Las juntas escolares están obligadas a actuar cuando la injusticia es evidente y permanecer fieles a sus valores fundamentales de imparcialidad e integridad como seguidores de Cristo y como líderes cristianos servidores.

Elena G. White se refirió a las Escrituras (Santiago 3:17) cuando escribió en 1890 que “no se deben conceder favores especiales, ni atenciones a unos pocos, ni preferir a unos por encima de otros. Esto… es desagradable a Dios… Que todos los que están relacionados con la institución... tengan en cuenta las palabras de la inspiración: ‘La sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, después pacífica, amable, fácil de ser tratada, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad y sin hipocresía’”.24

Con estos principios en mente, la iglesia ha creado varios recursos que ofrecen formación a los líderes y miembros de las juntas escolares adventistas (véase Recursos de formación para las juntas escolares adventistas). Estos y otros materiales pueden facilitar relaciones más sólidas entre los miembros de los consejos escolares, la inclusividad y el sentido de comunidad, lo que a su vez aumenta la productividad, la creatividad y la innovación.

Las juntas directivas de las escuelas adventistas han sido dotadas con las Escrituras y el Espíritu de Profecía como instrucción y guía para promover y mantener la imparcialidad y la integridad en las escuelas de nuestra iglesia. A través de oraciones corporativas/individuales y tiempo devocional que son parte de cada reunión de la junta, los miembros de la junta escolar pueden ser guiados por el Espíritu de Dios para dar forma efectiva a las experiencias de los estudiantes y empleados para que sean tratados consistentemente como individuos de igual dignidad y valor.

Conclusión

La imparcialidad incluye muchas cualidades y acciones que afectan a las relaciones humanas y al liderazgo eficaz de la junta escolar. Entre ellas se encuentran el comportamiento ético, la integridad, la empatía, el compromiso con la misión, la imparcialidad y la capacidad para gestionar conflictos. La empatía, que requiere pensar en la persona que recibe el comentario o la acción de uno, es primordial. En resumen, ser miembro de una junta escolar se basa en las relaciones humanas. Significa trabajar en equipo con funciones claras para alcanzar un objetivo común.

La descripción del cargo de miembro de la junta escolar incluye el compromiso de ser justo, equitativo e imparcial en todas las decisiones y acciones. Todas las decisiones deben basarse en la filosofía y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y su sistema educativo. Nuestra teología debe sustentar todas nuestras relaciones con los constituyentes y partes interesadas de la escuela. Las ideologías políticas nunca deben interferir en los consejos escolares ni en sus decisiones.

Debido a que palabras y acciones pueden dañar la opinión pública de la educación adventista, y tener serias implicaciones legales, los miembros de la junta deben comportarse de manera que honren su imparcialidad profesional. Cada vez que una junta escolar reflexiona y evalúa intencionalmente sus principios de ética, la imparcialidad es a menudo un factor determinante sobre si su proceso de toma de decisiones representa integridad y, a veces, valentía cristiana. Es una buena política del consejo recordar que la justicia y la misericordia son para todos (Zacarías 7:9), sin distinción.

Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Robert D. Crux

Robert D. Crux, EdS, trabajó como maestro, director de escuelas durante 35 años en la educación adventista antes de retirarse del servicio activo. Completó su Maestría en Administración Escolar en Walla Walla College (College Place, Washington, EE. UU.) y obtuvo un grado de Especialidad en Educación en Currículo e Instrucción de la Universidad de Loma Linda (Loma Linda, California, EE. UU.). Antes de jubilarse en 2016, fue Diirector de Educación y Director de Recursos Humanos en la Asociación de Carolina (Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU.). El profesor Crux cree que los comportamientos de las juntas escolares tienen un impacto sustancial en la cultura y el éxito de las escuelas.

Citación recomendada:

Robert Crux, “El reto de mantener la imparcialidad en las juntas escolares adventistas a nivel primario y secundario”, Revista de Educación Adventista 85:2 (2023).

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Southern Union Conference of Seventh-day Adventists, Education Code Book 2019/2020 – 2020/2021, Reference Code #110, 112. https://www.adventistedge.com/wp-content/uploads/2019/07/School-Board-Manual-2019.21-Final-2-Cover.pdf.
  2. Peter Drucker, “Drucker on the Nonprofit Board” (2018): https://drucker.institute/wp-content/uploads/2018/08/Reading_Drucker-on-the-Nonprofit-Board.pdf.
  3. Karl W. Kime, “Streamlining the Adventist School Board,” The Journal of Adventist Education 70:5 (Summer 2008): 24-28: https://circle.adventistlearningcommunity.com/files/jae/en/jae200870052405.pdf.
  4. Specific guidelines for this requirement can be found in the North American Division Working Policy, which can be sourced through the local conference. An example can be found here: https://www.rmcsda.org/wp-content/uploads/2019/04/HR_RMC_Conflict_of_Interest_2018.pdf.
  5. Alan Sharland, “Impartiality,” Meditate Every Mediation (December 2008): https://www.mediate.com/articles/sharlandA7.cfm.
  6. Merriam-Webster Dictionary, “Impartial/Partial” (2023): https://www.merriam-webster.com/dictionary/impartial%205.
  7. Wikipedia, “Confirmation Bias” (June 23, 2023): https://en.wikipedia.org/wiki/Confirmation_bias.
  8. Annetta M. Gibson, “El deber de la Junta directiva en velar por la supervisión financiera: Cómo evitar la pregunta “¿Dónde estaba la Junta?”,” Revista de Educación Adventista 81:1 (Enero–Marzo, 2019). Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2019.81.1.6.
  9. Ellen G. White, Education (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1903), 144.
  10. Office of Education, North American Division Office of Seventh-day Adventists, Manual for School Boards of Seventh-day Adventist Schools (Columbia, Md.: Office of Education, North American Division of Seventh-day Adventists, 2018), 43. https://nad-bigtincan.s3-us-west-2.amazonaws.com/leadership%20resources/administration/handbooks%20%26%20manuals/SchoolBoard_Manual.pdf.
  11. Lyndon G. Furst, “Algunas consideraciones legales en la gestión de juntas de escuelas adventistas primarias y secundarias”, Revista de educación adventista Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2019.81.1.5.
  12. Collins English Dictionary, “Nepotism” (2023): https://www.collinsdictionary.com/us/spellcheck/english?q=nepotism12.
  13. Office of Education, Southern Union Conference of Seventh-day Adventists, Southern Union School Board Manual 2019/20-2020-2021, Code# 110E (Peachtree Corners, Ga.: Southern Union Conference, 2019): https://www.adventistedge.com/wp-content/uploads/2019/07/School-Board-Manual-2019.21-Final-2-Cover.pdf.
  14. Adriana Vazquez, “How to Mitigate Your Unconscious Bias,” Gladstone Institutes (August 2, 2022): https://gladstone.org/news/how-mitigate-your-unconscious-bias?gclid=Cj0KCQjw_O2lBhCFARIsAB0E8B_lSK1J_ueIP5JP1vJNUDGNWj6M7L4qc3zybu_tMR-leJkpoM9U4goaAk2zEALw_wcB.
  15. Ibid.
  16. National Institutes of Health, “Implicit Bias” (June 3, 2022): https://diversity.nih.gov/sociocultural-factors/implicit-bias#:~:text=Implicit%20bias%20is%20a%20form,retaining%20a%20diverse%20scientific%20workforce.
  17. Project Implicit (2023): https://www.projectimplicit.net/.
  18. Office of Education, North American Division, Manual for School Boards of Seventh-day Adventist Schools, 18.
  19. Hamlet Canosa, Governing Boards: A Practical Guide to Best Practices and Policies (2008): 28. http://www.columbiaunion.org/sites/default/files/pictures/new_board_manual_07-08l.pdf.
  20. Stanislav Shekshnia, “How to Be a Good Board Chair,” Harvard Business Review (March-April 2018), principle 5, paragraph 24: https://hbr.org/2018/03/how-to-be-a-good-board-chair.
  21. Ibid.
  22. Nick Price, “Documenting Conflicts of Interest in Meeting Minutes” Board Effect (April 18, 2018): https://www.boardeffect.com/blog/conflict-of-interest-policy-for-nonprofit-boards/.
  23. Cita bíblica tomada de la Nueva Versión Internacional (NVI). Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
  24. Ellen G. White, Letter 6a, 1890, paragraphs 72, 74. See also __________, Principles for Christian Leaders: Inspired Advice for People Learning to Lead Like Jesus (Nampa, Idaho: Pacific Press, 2018), 273